África

África

Adonis

La Razón
La RazónLa Razón

Adonis es el pseudónimo de Ali Ahmad Said Esber (Al Qassabin, Siria, 1930), el poeta árabe más importante de nuestro tiempo. Eterno candidato a Premio Nobel. Entre sus inconvenientes para recibir tal galardón quizás esté el hecho de ser un poeta árabe, de cultura musulmana, pero no musulmán de religión. Precisamente sus críticas a la religión musulmana, profundas, llenas de razón, cordura y fuerza, están reflejadas en el libro «Violencia e Islam» (Ariel) un diálogo con Houria Abdelouahed que resulta crucial para entender lo que está ocurriendo hoy día, en especial los atentados –en Europa, América, Oriente Medio, África... o cualquier parte del mundo– en los que «en nombre de una religión», el Islam, se asesina indiscriminadamente a niños, inmigrantes pobres, mujeres, viandantes, refugiados... A inocentes de toda edad y condición. Porque en realidad estamos asistiendo a una auténtica matanza de inocentes de proporciones bíblicas, y la población civil –europea, pero también la del resto de lugares donde esta violencia es recurrente– se siente impotente y desamparada ante tal barbarie. Adonis ha vivido en Líbano y París desde que era muy joven, es un poeta que goza de un enorme respeto y consideración entre el resto de sus colegas. Un auténtico sabio. Yo lo conocí hace años, en un congreso en Cinque Terre, un rincón maravilloso de Italia. Lo he leído con devoción. En los últimos tiempos, cuando el planeta entero está sufriendo encarnizadamente la violencia terrorista del fanatismo religioso islamista, una de las pocas voces dignas, de cultura musulmana, que se han levantado contra esa crueldad inculta y retrasada del terrorismo islamista, es la de Adonis. Aboga por la separación de la religión y el Estado en los países musulmanes –un proceso que, en los de tradición cristiana, se consumó hace siglos–, abomina de la amenaza totalitaria que supone tener al Corán como fuente única de jurisprudencia política, social, cultural, institucional... También del apoyo interesado de Occidente a países en los que se ejerce la dictadura del islamismo, y se impide el surgimiento de la sociedad civil. Asimismo recuerda que las mujeres son las primeras víctimas de esa opresión religiosa. La voz de Adonis, como la de los poetas más grandes, es original, moderna, juiciosa y valiente. Comprometida con su tiempo. Sus poemas son intemporales. Sus palabras «civiles» se revelan contra un fanatismo religioso para el cual, por decirlo con sus propios versos, «las calles son cementerios».