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Díaz-Sánchez: El reencuentro

La Razón
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La maquinaria socialista está en alerta. Tras días de discrepancias por las posibles respuestas al golpe secesionista, Pedro Sánchez reúne a todos los órganos de dirección. El secretario general ya pidió la semana pasada a todos sus altos cargos que mantuviesen su agenda liberada. A la triple convocatoria, hecho extraordinario, se le cruza en el Pleno del Congreso la exigencia de explicaciones a Soraya Sáenz de Santamaría por el «fracaso» de su misión en Cataluña y, sobre todo, por el desarrollo de la jornada del referéndum, pero la propia cúpula del PSOE ya ha barruntado retirar, o al menos retrasar, tal debate. Si es que finalmente puede hacerlo, porque el PNV llegó a cederles su cupo de iniciativas, lo cual obligó a la dirección del Grupo Socialista a minimizar las críticas internas a la decisión de reprobar a la vicepresidenta del Gobierno. La sucesión de acontecimientos haría llegar la iniciativa en el momento más inoportuno. Esto es, entre la comparecencia de Carles Puigdemont este martes por la tarde en el Parlament y la del propio Mariano Rajoy ante el Congreso. Esas son ahora mismo las dos previsiones en rojo en el calendario de los socialistas y que marcan su agenda.

De hecho, Sánchez reúne este miércoles por la mañana a la Comisión Ejecutiva del PSOE, precisamente para analizar las respuestas al presidente de la Generalitat, mientras todo apunta a una doble convocatoria el sábado de todos los barones territoriales, llamados a sentarse en el Comité Político Federal, y de los integrantes del Comité Federal. A las citas previstas para el fin de semana llegará la formación con algunos ánimos a flor de piel. Susana Díaz, hasta el momento por personas interpuestas, viene evidenciando su desacuerdo con las distintas posiciones oficiales. Ya desobedeció a Sánchez, que llegó a pedir personalmente a la presidenta de la Junta de Andalucía que no respaldase en su cámara autonómica la iniciativa de Ciudadanos para apoyar al Gobierno de Rajoy y a las instituciones del Estado frente al desafío secesionista. Ella y sus diputados votaron a favor de la proposición no de ley. Tampoco tuvo reparos la baronesa en mostrar su entusiasmo con el histórico mensaje del Felipe VI, mientras que Ferraz tragó saliva ante la falta de apelación del Rey al diálogo.

Pero aún hay otro episodio que enrarece el ambiente interno. Díaz vio con buenos ojos la carta de históricos socialistas en contra del diálogo con Puigdemont. Al entorno de Sánchez, en cambio, le sentó a cuerno quemado. Óscar Puente ha llegado a hablar de «cartitas abiertas» que «sólo buscan la confrontación». En la federación andaluza ven al líder del PSOE entregado a la «presión» del PSC para distanciarse de las posiciones de PP y de Ciudadanos en Cataluña. «Algunos sólo están inquietos por los titulares de los medios de comunicación y nosotros hemos ganado unas primarias a pesar de esos titulares», ha venido defendiendo en privado un importante sanchista.