Religion

¿El Papa hereje?

La Razón
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En la milenaria historia de la Iglesia se han registrado situaciones extremas en muchos sentidos. Pero para que un Papa fuese declarado hereje hay que remontarse al siglo XIV. Hablamos de Juan XXII al que el emperador Luis de Baviera acusó de ser «hereje formal» y por lo tanto Papa ilegítimo sustituyéndolo por el antipapa Nicolás V. «Se trató – escribe el historiador Juan María Laboa– de la última gran batalla entre papado e imperio». Siete siglos más tarde un minúsculo grupo de teólogos o autoconsiderados como tales ha acusado a Francisco de propagar siete herejías «desarrolladas por medio de la Exhortación Apostólica ‘‘Amoris Laetitia’’ y mediante otras palabras, actos y omisiones de Vuestra Santidad». Ahí es nada. Repasando la lista de los firmantes de un escrito titulado «Corrección filial a herejías propagadas» sólo nos encontramos con dos nombres de cierto relieve: el banquero Ettore Gotti Tedeschi nombrado en su día por Benedicto XVI presidente del IOR (Instituto para las Obras de Religión) y el Superior de la lefebvriana y ultra tradicionalista «Fraternidad de San Pio X». Los demás (ningún cardenal ni obispo católicos por supuesto) son profesores o estudiosos de teología e historia de la Iglesia. Es el último paso de una escalada que se ha marcado como objetivo la «Amoris laetitia» y más concretamente el tema de los católicos divorciados y vueltos a casar. Hace algunos meses cuatro cardenales –Mesiner, Cafarra, Brandmüller y Burke– sometieron al Papa unas «dudas» sobre la interpretación de la exhortación insinuando que podría estar en contradicción con el magisterio de la Iglesia. Bergoglio no ha querido responder a estas objeciones. Basta –ha dicho– leer desapasionadamente el documento. El cesado prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe cardenal Müller ha acabado reconociendo que la «Amoris Laetitia» es concorde con las enseñanzas de la Iglesia pero ha añadido que Francisco ha sucumbido a un enfoque marxista basado en un dualismo entre la teoría y la práctica mientras que las categorías de la Iglesia son la verdad y la vida. Unos tildan de hereje y otros de marxista; bueno, pues ni lo uno ni lo otro; sencillamente evangélico.