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El patatús

La Razón
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Entre simpatías, a falta de otras alternativas, y apoyos, las grandes compañías de comunicación de Estados Unidos eran pro Hillary Clinton y se atrevían a anunciar el apocalipsis en caso de una improbable victoria de Donald Trump... Ganó él. Aunque ya hay indicios de signo catastrofista, la cascada de consecuencias fluirá a partir de que el nuevo presidente de la nación más poderosa del mundo jure su cargo el 20 de enero. La influencia del Cuarto Poder quedó en evidencia, lo cual exige una profunda reflexión sobre la incidencia de los medios en la vida política y ciudadana. Si extrapolamos la misión informativa norteamericana al clásico, los venenos que lo amenazan son tan insignificantes que resultan inocuos.

Más allá de la batalla futbolística que Javier Tebas quiere que vean millones y millones de asiáticos –de ahí el horario siesta–, tratan de agitar la superficie informaciones que afectan a los dos jugadores más destacados de ambos equipos y que difícilmente condicionarán el partido. Por un bando sugieren que Ronaldo distrae cotizaciones a la Agencia Tributaria, que no ha dicho esta boca es mía, y por otro se insiste en que Messi, que termina contrato en junio de 2018, ha paralizado la renovación porque entre cantos de sirena y el marcaje de Hacienda vive sin vivir en él. El entorno de Ronaldo declara que no tiene ninguna pella con el fisco y a Bartomeu, aseguran, no le llega la camisa al cuello por si el mejor jugador del mundo decide aceptar alguna de las jugosas ofertas procedentes del extranjero. Pues bien, si el partido provoca algún patatús, no será por las informaciones previas sino por el discurrir del mismo y del resultado. Si pierde el Barça, catástrofe; si gana el Madrid, casi la Liga: nueve puntos de diferencia.