Crisis económica

Mal reparto

La Razón
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En el mundo hay dinero y comida de sobra –todos los días se tiran ingentes cantidades en el mundo–. Sin embargo, hay personas que carecen de lo esencial, no tienen ni para comer. ¿Mala gestión a nivel mundial? Hace tiempo escuché que a los ricos no les interesa que desaparezca la pobreza porque, de hacerlo, todos seríamos ricos, y eso no debe ser. ¿Por qué no? ¿No sería un mundo mejor? Hay teorías para todos los gustos. Por ejemplo, la «espiritual» o «nueva era» según la cual el mundo interior se refleja en el exterior, esto es, quien es pobre interiormente, lo es afuera. Claro que esto hay que matizarlo. La pobreza es un estado interior, según ese enfoque, y viene determinado por la forma de pensar (creencias), la cual, a su vez, se ve reflejada en la conducta. Se da el caso de personas a las que les ha tocado la lotería y, al poco, estaban arruinadas y más pobres que antes del «golpe de suerte». Cierto es que todos tenemos responsabilidad sobre cómo manejamos nuestras vidas. Empero, hay quienes por más que quieran salir de su situación no tienen ni la oportunidad para luchar por ello, no pueden ni intentarlo: el caso de países donde un sátrapa acapara toda la riqueza mientras la población se muere de hambre. O, esos otros, donde la riqueza natural es inmensa, pero los gobernantes impiden a la gente que trabaje y cree abundancia para todos. Ni el rico es mala persona ni el ser pobre significa ser desgraciado. Mucho están peleados con el dinero, lo culpan de los males de la humanidad. En verdad, ni el dinero ni la fama cambian a la persona. Simplemente, ponen de manifiesto quién es. Lo que da la felicidad es el desapego al dinero: por eso el hombre feliz «no tenía» camisa.