Otegi debe acatar la ley

Una cosa debe estar clara en un Estado de Derecho: el cumplimiento de la Ley, el acatamiento de las sentencias judiciales, se coincida o se discrepe de ellas. Por ello, el pulso que pretende echar el nacionalismo radical vasco, EH Bildu, no puede salir vencedor. Por más que las bases lo elijan, Arnaldo Otegi no puede presentarse como candidato a lendakari en las próximas elecciones autonómicas.

¿Por qué? Muy sencillo. Porque existe un fallo de la Audiencia Nacional que deja bien claro que Otegi no podrá tener ningún cargo público hasta el 28 de febrero de 2021, en ejecución de la pena de inhabilitación impuesta por el «caso Bateragune», sobre el intento de reconstruir Batasuna.

Una democracia desarrollada, si es verdad que pretendemos que España lo sea, no puede ceder en la implantación de Ley. Al menos no más de lo que ya lo ha hecho. No nos engañemos. Quizá estos retos nacionalistas se han visto facilitados por las numerosas ocasiones en que Cataluña se ha ciscado en los veredictos de los tribunales, incluido el Constitucional, con la consiguiente pasividad del Gobierno de turno, del PSOE y del PP.

No es razonable que gente como Otegi se beneficie de los favores que le otorga el Estado de Derecho y, sin embargo, se lo salten a la torera cuando les conviene. La primera vez que logran utilizar el atajo para eludir la Ley, la culpa la puede tener quien lo logra; la segunda la tendrán los legisladores y gobernantes. En esta ocasión no hay excusas.

Conviene tener presente que la respetabilidad de un país, de una sociedad, de un Gobierno proviene de la Ley. Así es la vida.