Restringido

Pinza a Rajoy

La Razón
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«Mariano aguantará. El PP, ya veremos». Así resumía un cargo de La Moncloa el escenario abierto una vez que la pelota de la investidura ha caído en el tejado de Pedro Sánchez. Y si no lo consigue, contando con la obstinación de Pablo Iglesias de renegar de un «club» del que forme parte Albert Rivera y viceversa, ahí estará Rajoy, claro, para recoger los frutos. Porque la cuentas de Rajoy prevén encontrarse entonces a Sánchez (débil, convertido en cadáver político) con un PSOE detrás con más miedo a unas elecciones anticipadas que a un tornado. Es decir, con el terreno abonado para que a los barones socialistas no les quede más remedio que forzar a sus diputados a abstenerse para que haya Gobierno en minoría del PP con el apoyo de C’s.

Las dudas ante la estratégica cesión del paso protagonizada por el ganador de las elecciones inundan al centro-derecha. La de Rajoy es su apuesta más que arriesgada. Y con ella, de momento, le toca a él bailar con la más fea. Además, con toda la orquesta en contra. Porque al presidente del PP le corresponde desafiar las presiones, las ya recibidas y las que aún quedan por venir. Presiones tanto desde algunas cancillerías europeas como las del Ibex 35. De hecho, fuentes populares consultadas señalan que «ya se han empezado a notar» en torno a mandatarios del partido. El objetivo: lograr la abstención del PP para facilitar un Gabinete PSOE-C’s que frene la tentación de Sánchez de caer en manos del radicalismo de Podemos y los partidos independentistas.

El argumento que se esgrime es que un pacto a tres en torno a Sánchez daría una señal de confianza a los mercados. Porque los inversores tendrían la certeza de que el Gobierno de PSOE y C’s, aun sin ministros populares, entraría dentro de los parámetros razonables apoyados por el PP. Igualmente, se destaca que eludir tal escenario aislaría a los populares en las Cortes. Incluso cuando está en juego el interés nacional. En buena medida, según lamentan VIP populares, Rivera le hace el juego al secretario general socialista con su continuo llamamiento «al sentido de Estado». Este miércoles, el portavoz de C’s, Juan Carlos Girauta, fue un paso más allá al afirmar que «le juzgará el pueblo y la Historia» a Rajoy si permite al PSOE gobernar con Podemos en lugar de favorecer un Gobierno constitucionalista.

¿Pinza de Sánchez y Rivera para que Rajoy no tenga más remedio que tragar la amarga medicina de la abstención? En la cúpula del PP no tienen dudas de que así es. Máxime cuando afirman tener constancia de que el líder del PSOE y el de C’s han intercambiado estas semanas numerosas llamadas. Sin embargo, Rajoy está decidido a esquivar estas pretensiones. Desde su entorno se afirma que «nunca se va a dejar liar con este tipo de juegos políticos». La negativa de Sánchez al diálogo y el fracasado deseo de la izquierda de instrumentalizar un hipotético debate de investidura del líder popular para laminar al centro derecha le bastan a Rajoy como argumentos para negarle ahora al PSOE el pan y la sal. El PP no va a dar oxígeno a un Pedro Sánchez al que se considera «fuera de la realidad» y, por ello, «un peligro» para España. «Si otros lo hacen, será su responsabilidad, la nuestra está clara», avisan desde Génova 13.