Cástor Díaz Barrado

Pronto Mosul

La Razón
La RazónLa Razón

El ataque del Ejército iraquí, apoyado por las fuerzas kurdas y la aviación de Estados Unidos, sobre la ciudad de Mosul es más que un símbolo. Se aproxima la debacle del control territorial del estado islámico. La comunidad internacional comienza a respirar más tranquila porque el terrorismo yihadista empieza a perder todas sus posiciones territoriales. La caída de Mosul en manos de las tropas iraquíes no significará la estabilización de Irak ni, menos aún, la solución de los diversos conflictos que afectan al Próximo Oriente. Sin embargo, la pérdida de Mosul por parte de los islamistas radicales proporcionará algunos elementos de sosiego en una de las zonas más convulsas del planeta. La segunda ciudad de Irak debe estar en manos de los iraquíes y se deben reestablecer los marcos de convivencia que permitan la instauración de una paz duradera en este país. La comunidad internacional, sin fisuras, debe apoyar la derrota del Estado Islámico y, al mismo tiempo, debe dialogar con la finalidad de que los conflictos de la región encuentren una respuesta satisfactoria. Mosul debe caer en manos del Estado iraquí y, en la ofensiva, deberán adoptarse cuantas medidas sean necesarias para que la población civil no sufra las consecuencias del ataque que se está produciendo. Muchas cosas diferencian a quienes combaten a los seguidores del Estado Islámico de estos últimos. La defensa de la población civil y, sobre todo, de los sectores más vulnerables, como es el caso de los niños, debe estar en la mente de quienes dirigen las operaciones militares contra los islamistas radicales. Mosul debe caer, pero hay que evitar que se pague un alto precio y, sobre todo, hay que lograr que no se produzca el dolor y el sufrimiento de la población civil. La caída de Mosul será, sin duda, el fin definitivo del asentamiento territorial del Estado Islámico. A partir de entonces, habrá que seguir en el combate contra el terrorismo internacional. Ésta es la única opción que impone la defensa de los derechos humanos.