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Rajoy cumple su compromiso

La Razón
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Están en su derecho los partidos de la oposición de tildar de electoralista el adelanto de las rebajas fiscales anunciado ayer por Mariano Rajoy. Nadie podía esperar otra cosa. Pero también deberían reconocer que no se trata de una medida sacada de la manga ante una cita con las urnas –como sí lo fueron algunas otras de reciente e infausta memoria–, sino del cumplimiento de un programa de Gobierno que tuvo que ser aplazado en razón de circunstancias de fuerza mayor. Hoy, cuando la economía española se encuentra en franca recuperación y hay menos paro y –tras la última reducción en el IRPF– menos presión fiscal que los que existían cuando el Partido Popular llegó al Gobierno en diciembre de 2011, es posible devolver a la sociedad española parte del gran esfuerzo realizado durante la larga situación de crisis. Creemos, incluso, que hubiera sido posible abordar mucho antes la rebaja de la fiscalidad, y así lo demandamos editorialmente, pero no es difícil entender la reticencia del Ejecutivo a adelantar plazos ante el riesgo de que factores externos pudieran entorpecer la prevista evolución de las finanzas públicas. Pero la España de 2015, «la que produce y exporta», en palabras del propio Mariano Rajoy, no es, ni mucho menos, la de 2011, la que estaba al borde de la quiebra y de un rescate financiero internacional. Así, todos los indicadores económicos confirman que el crecimiento del PIB se acelera – hasta el 3,3 por ciento para este año–, con lo que se amplía el margen de equilibrio presupuestario e, ítem más, se cuenta con que la inyección en la economía doméstica, la de las empresas y los ciudadanos, de 1.500 millones de euros, que es el montante previsto de la rebaja del IRPF y de las cuotas de los autónomos para los meses que restan de 2015, actuará como dinamizador del consumo interno. No son castillos en el aire –no es muy dado el presidente del Gobierno a fabular–, sino previsiones avaladas por las instituciones europeas, que insisten en que, si no se frena el cambio, España puede atravesar el ciclo expansivo más largo de su historia. Por ello, resultan pueriles algunas críticas que acusan a Mariano Rajoy de hacer populismo de última hora, como si el presidente no estuviera en su perfecto derecho y dentro de la acción política más ortodoxa al poner en valor ante los electores los frutos de una labor de Gobierno ardua, compleja y sostenida en el tiempo, que ha acabado por pasarle factura al Partido Popular en las últimas citas electorales.Rajoy culmina su legislatura cumpliendo con el compromiso que adquirió ante los ciudadanos de que trasladaría a sus bolsillos la mejora de la economía en cuanto las circunstancias lo hicieran posible sin poner en riesgo la recuperación y el saneamiento de las cuentas públicas.Y la mejor manera es con unos Presupuestos del Estado ya liberados del lastre de la crisis.