Actualidad

Juan Pablo II

Dos carismas que cambiaron la Iglesia

Pósters que anuncian la canonización de los pontífices en Roma
Pósters que anuncian la canonización de los pontífices en Romalarazon

Karol Wojtila, el «Santo súbito» que intercedió para que dos mujeres sanaran de sus males. El «Papa bueno» subirá a los altares sin necesidad de acreditar un segundo milagro

l ¿Por qué el Papa Juan Pablo II es Santo?

–Un santo es aquel cristiano que ha imitado a Cristo a través de una vida ejemplar o un acto heroico, en el caso de los mártires. Para ser reconocido por la Iglesia, esto es, para ser canonizado, es necesario argumentar esta trayectoria. En primer lugar, el postulador de la Causa y el obispo diocesano presentan ante la Santa Sede un primer informe sobre las virtudes y trayectoria. Si el Vaticano responde afirmativamente a esa persona se le considera Siervo de Dios. El paso siguiente es ser reconocido como venerable, lo que exige recopilar testimonios y escritos suyos para presentarlos ante una comisión de teólogos. Si la Congregación para las Causas de los Santos en Roma aprueba la llamada «Positio» –lo más similiar a una tesis sobre el candidato–, el Santo Padre puede proceder a promulgar el Decreto de heroicidad de virtudes. En 2009, Benedicto XVI proclamó venerable a Karol Wojtyla. A partir de ese momento la Iglesia plantea dos pasos más: la beatificación y la canonización. Para ser proclamado beato se precisa de la realización de un milagro atribuido a la intercesión del venerable. El postulador de la causa de Juan Pablo II, Slawomir Oder, se inclinó por la curación de la monja francesa Marie Simon Pierre, que padecía parkinson. La Santa Sede aprobó el milagro y el 1 de mayo de 2011, Benedicto XVI beatificaba a Juan Pablo II. Para ser santo se requiere un milagro más. En este caso, por su intercesión se curó de un aneurisma cerebral a la costarricense Floribeth Mora. El 5 de julio de 2013, Francisco firmaba el decreto para proclamar santo al Papa polaco-

l ¿Ha tenido algún privilegio durante el proceso?

Se han seguido todos los procedimientos habituales para ello. Sólo se dio un paso al frente en su caso. La Congregación para la Causa de los Santos tiene como consigna habitual esperar cinco años para iniciar el proceso con cualquier cristiano. Sin embargo, la popularidad de Juan Pablo II –recordemos los gritos de «¡Santo Súbito!» durante los días posteriores a su muerte llevaron, junto a otros motivos, a eliminar este lapso temporal. Aun así, no se ha producido ningún atajo. Por ejemplo, se realizaron los pertinentes exámenes médicos a las mujeres a quienes se concedió el milagro. Prueba de ello es que para cotejar sus virtudes heroicas, un requisito previo para reconocer la trayectoria ejemplar de un posible santo, se contó con 114 testigos.

l ¿Se puede rezar a Juan Pablo II?

Se puede pedir su intercesión, por supuesto. En este sentido hay un matiz pastoral. Si bien un beato es sólo venerado en una región o un país con permiso del Papa, en el caso de los santo, debe ser venerado por toda la Iglesia, ya que es el Santo Padre quien le presenta como modelo a seguir.

l ¿Por qué se celebra la canonización el 27 de abril?

La decisión la tomó Francisco. Aunque en un principio se pensó en celebrarla el pasado 22 de octubre con motivo del aniversario del inicio de su Pontificado o dejarlo para finales de año con broche de oro al Año de la Fe, el Papa Bergoglio optó por esta fecha por dos motivos. El primero, simbólico, de reconocimiento a su figura. Juan Pablo II instauró para el primer domingo de Pascua la fiesta de la Divina Misericordia, en honor a la santa polaca Faustina Kowalska. Además, Wojtyla murió al concluir precisamente la misa del domingo de la Divina Misericordia en 2005. El segundo, porque Francisco entendía que, al situar la canonización en primavera facilitaría la presencia de un mayor de polacos, compatriotas del nuevo santo.

l ¿Cuáles han sido los pasos que se han seguido para elevarle a los altares?

–El caso de Juan XXIII es un caso excepcional en los procesos de canonización. Si bien Juan Pablo II ha cumplido con todos los pasos estipulados para ser considerado santo, esto es, el reconocimiento de las virtudes heroicas y los dos milagros, en el caso del «Papa bueno», no ha sido así. Francisco decidió conceder una dispensa para que Angelo Giuseppe Roncalli pueda ser canonizado sin exigirle la realización de un segundo milagro. «No es una necesidad absoluta», explica con toda claridad el portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, pues entra dentro de la potestad que tienen los papas: «Un milagro es una visión teológica de la Iglesia, la prueba, la demostración del poder de intercesión y la confirmación por parte de Dios de la santidad de una persona, pero no es un dogma de fe que de alguna manera sea necesario».

l ¿Es el único caso que se ha producido en la Iglesia a lo largo de los siglos?

–No es el único caso en la historia de la Iglesia. Precisamente Juan XXIII elevó a los altares el 26 de mayo de 1960 a San Gregorio Barbarigo sin demostración de milagro alguno. El famoso cardenal italiano del siglo XV alcanzó gran fama de santidad después de su muerte y en Italia muchos le conocieron por su caridad.

l ¿Cómo llegó a ser beato?

–Juan XXIII murió en el año 1963. Muchos obispos y cardenales propusieron proclamarlo santo por aclamación como sucediera asimismo a la muerte de Juan Pablo II, pero su sucesor, Pablo VI, prefirió seguir las tradicionales vías canónicas y así comenzó el proceso de canonización. Las gracias llegaron y Juan XXIII fue beatificado por Juan Pablo II en septiembre de 2000, durante el Jubileo, en la misma celebración de la beatificación de Pío IX. «Supo rejuvenecer la Iglesia y retomar el diálogo con el mundo moderno con una confianza afectuosa», destacaría en la homilía el Papa polaco. El milagro aprobado para su beatificación fue la sanación milagrosa de una gastritis ulcerosa hemorrágica de una monja, Caterina Capitani, en el año 1966. Se trata de una enfermedad incurable. Tras colocarle una imagen del Papa a la altura del estómago, le dieron la extremaunción. A los pocos minutos, de forma inexplicable, la monja se recuperó y pidió comer. La religiosa relataría posteriormente en primera persona el milagro y aseguró que sintió cómo el propio Juan XXIII se sentó al pie de su cama enferma, diciéndole que su plegaria había sido escuchada.

l ¿Por qué es santo?

–Los cinco años de pontificado de Juan XXIII han pasado a la historia, amén de por su sencillez, por convocar el gran Concilio Vaticano II (1962-1965), que abrió a la Iglesia al mundo actual, además de su valentía a la hora de publicar la encíclica «Pacem in terris». Por tales motivos es honrado por la comunidad protestante como el gran renovador de la Iglesia. El Papa Francisco le ha considerado «un hombre de gobierno. Era un conductor, pero un conductor conducido por el Espíritu Santo, por la obediencia», y la raíz de la santidad de su predecesor se encuentra en «su obediencia evangélica».

l ¿Es habitual que se canonice a dos papas en una misma ceremonia?

–Es la primera vez en la historia de la Iglesia que se ha dado esta circunstancia. De hecho, podría darse la circunstancia de que también de forma inédita, dos sucesores de Pedro celebraran este acontecimiento en el mismo altar si finalmente Benedicto XVI acepta la invitación de Francisco de participar con él en la ceremonia que tendrá lugar el próximo domingo.