Cáncer

Más cerca de la vacuna personalizada contra el cáncer

Dos ensayos clínicos independientes realizados con humanos demuestran que es posible proteger de manera eficaz y segura a aquellos pacientes que presentan un alto riesgo de padecer melanoma, el tumor de piel más grave.

Más cerca de la vacuna personalizada contra el cáncer
Más cerca de la vacuna personalizada contra el cáncerlarazon

Dos ensayos clínicos independientes realizados con humanos demuestran que es posible proteger de manera eficaz y segura a aquellos pacientes que presentan un alto riesgo de padecer melanoma, el tumor de piel más grave.

Un poquito más cerca de la vacuna contra el cáncer. Al menos contra algunos tipos de cánceres. Así nos levantamos ayer después de que dos trabajos independientes mostraran sus resultados en las páginas de la revista «Nature». Se trata de los primeros ensayos clínicos con humanos de dos estrategias de vacunación personalizada que parecen proteger de manera eficaz y segura a pacientes con alto riesgo de padecer melanoma. Ambos ensayos demostrarían que es posible vacunar a medida –es decir, con medicamentos diseñados para cada caso y cada paciente– a personas que han desarrollado ciertas mutaciones que las convierten en más propensas al melanoma.

La inmunoterapia contra el cáncer es una de las líneas de investigación oncológica más innovadoras. Se trata de abordar el ataque al mal desde una perspectiva similar a la que se utiliza para prevenir las infecciones. En lugar de curar los tumores ya desarrollados, se trata de «educar» al organismo a que se proteja cuando el tumor empiece a aparecer. Igual que ocurre con las vacunas contra la gripe, por ejemplo.

En este caso, el objetivo de la vacunación es generar anticuerpos contra algunas moléculas precursoras del melanoma. En el trabajo presentado por Catherine Wu, oncóloga del Dana Farber Cancer Center, se da cuenta de los resultados obtenidos en un ensayo clínico en fase I con una terapia que reacciona a 20 neoantígenos tumorales. Estas moléculas surgen cuando se producen ciertas mutaciones genéticas en las células cancerosas. Igual que cuando un grano de polen penetra en la mucosa de un alérgico genera antígenos que provocan la frenética actividad de los anticuerpos defensivos, estas moléculas-tumores pueden también provocar una respuesta defensiva en el paciente. Pero para ello, el cuerpo ha de ser educado previamente mediante una vacuna. En este caso, la vacuna es un producto derivado del estudio genético de los propios pacientes. Es decir, se puede desarrollar un componente que se ajuste exactamente a las peculiaridades inmunizadoras de cada persona.

La terapia se ha probado en diez pacientes de los cuales ocho mostraron un alto nivel de mutaciones relacionadas con la generación de un melanoma. Es decir, se encontraban en un alto riesgo de desarrollar la enfermedad o la habían desarrollado. Dos años después de haber recibido la vacuna, los resultados fueron muy esperanzadores. Los pacientes que, cuando fueron vacunados, se encontraban en la fase IIIB/C del mal (es decir, con desarrollo de metástasis), siguieron en esa fase sin evolucionar a peor y sin recurrencia de la enfermedad. Dos pacientes que tenían pronósticos peores fueron tratados con una estrategia terapéutica posterior a la vacunación y vieron como sus tumores desaparecieron en 25 meses.

El segundo estudio ha sido presentado por el equipo de Ugur Sahinl, de la Universidad de Mainz, en Alemania. En este caso, se trata de la primera prueba regularizada de una vacuna de ARN contra el melanoma que tiene como objetivo la zona en la que el antígeno se une al anticuerpo y es conocida como epítopo. Se probó la sustancia en 13 pacientes que ya habían desarrollado el melanoma. En todos ellos, la vacuna produjo una evidente reacción inmunitaria ante antígenos propios del tumor que padecían. Y en dos casos se observó infiltración de células T en los tumores. Es decir, se había logrado que las células defensivas del cuerpo se introdujeran en la masa tumoral para empezar su trabajo de defensa. Ocho de los 13 pacientes permanecieron sin aparición de nuevos tumores durante 23 meses. En los cinco casos restantes se produjo un empeoramiento de la situación.

Ahora es necesario poner en marcha nuevos ensayos en fase II con otros pacientes que hayan desarrollado un número suficiente de mutaciones. La cantidad de mutaciones es fundamental para proveer de suficientes dianas a las que se pueda atacar. Además, los siguientes ensayos clínicos podrían ampliar el abanico de objetivos deseables a mutaciones y antígenos provocados por otros tipos de cánceres, no solo por el melanoma.