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¿Por qué debemos temer a la internet profunda?

Un servidor de la red TOR, cuyos contenidos son «invisibles» en la web, fue atacado por almacenar pornografía infantil. Es el mercado negro del siglo XXI

¿Por qué debemos temer a la internet profunda?
¿Por qué debemos temer a la internet profunda?larazon

Un servidor de la red TOR, cuyos contenidos son «invisibles» en la web, fue atacado por almacenar pornografía infantil. Es el mercado negro del siglo XXI

Está el Internet que vemos, con más de 1.140 millones de páginas web... pero también el que no vemos, en el que pueden encontrarse alrededor de 60.000. Eso sí, olvídense de terminaciones como «.com» o «.es», o de teclear un nombre concreto en la barra de direcciones. Los nombres de estas páginas son cifras y letras que forman combinaciones aleatorias de hasta 16 caracteres, y siempre con la terminación «.onion». Se trata de la red TOR, siglas de «The Onion Router». Fue creada a principios del siglo XXI como un experimento del Laboratorio de Investigación Naval de EE UU para comprobar si era posible crear una red de comunicaciones 100% anónima en Internet, sin que los usuarios revelen la dirección IP de su ordenador. Y, efectivamente, se consiguió. Poco a poco, se fue sumando gente, atraídos por un sistema tan seguro y confidencial. Y a día de hoy, ha cobrado vida propia. Bienvenidos a la Internet profunda, o también conocida como «red oscura»: todo aquello que no es indexado en Google y que, a ojos de la inmensa mayoría de usuarios, es invisible.

Esta red acaba de saltar de nuevo a los titulares después de que un «hacker ético» consiguiera «tumbar» a «Freedom Hosting II», uno de los servidores que se pueden hallar en TOR. ¿El motivo del ataque? El servidor acogía 30 gigas de pornografía infantil, repartidas a su vez en diez webs. Curiosamente, hace cuatro años fue detenido el administrador de otro servidor, Freedom Hosting I, por distribución de pornografía infantil. Además, albergaba a «Silk Road», un auténtico mercado negro de drogas que se entregaban a domicilio y que se pagaban con «bitcoins», o moneda virtual.

Cualquiera puede ser miembro de la red TOR. Basta tener un ordenador y ancho de banda potentes, una dirección IP estática –es decir, que no cambie con el tiempo–, acudir a la web de Tor Project y descargarse el programa. El complejo sistema de encriptaciones hace que sea casi imposible acceder a una página si no se conoce la clave. La «primavera árabe» de Túnez empezó a gestarse hace seis años en esta red. Y desde 2014, Facebook ya permite a sus usuarios la posibilidad de utilizar su red social a través de TOR para evitar problemas de privacidad. «De las 60.000 páginas de TOR, la mayoría no son ilegales», explica a LA RAZÓN Eduardo Casas Herrer, agente de la Unidad de Investigación Tecnológica (UIT) de la Policía Nacional y autor del libro «La red oscura» (La Esfera de los Libros). Pero las hay. En 2015, la Policía detuvo a «Mr. Bank», que vendió miles de tarjetas bancarias y llegó a causar al banco denunciante más de un millón de euros de perjuicio. En TOR se puede valorar los servicios prestados: los usuarios dieron a «Mr. Bank» una puntuación de 99,7 sobre 100. Las autoridades siguen batallando cada vez que intuyen que puede producirse un delito en la Internet profunda: webs yihadistas, ventas de armas, torturas de animales... Eso sin contar sitios moralmente reprobables, pero en los que es más complicado demostrar su ilegalidad: páginas de apología del suicidio, de fomento de la anorexia y la bulimia... Todos ellos casi inaccesibles, debido al complejo sistema de encriptación. «Cuesta, pero no es imposible», dice el agente.

Aparte del contenido censurable, acceder a la red TOR conlleva otros riesgos. «Nunca sabes quién hay detrás de una página. Pueden obtener datos tuyos. Puedes creer que estás comprando droga y, en realidad, se trata de una agencia gubernamental norteamericana. Además, hay delitos que sólo por verlos, como la pornografía infantil –descargarla ya es más grave– pueden conllevar multas de hasta dos años», explica Casas Herrer.

Las claves

- Vacío legal

Muchos servidores de estas redes se ubican en países con vacíos legales.

- Prohibida

China impide el acceso a la red Tor dentro de su proyecto de censura «Escudo dorado»

- Bulos

Hay leyendas en torno a esta red: sicarios –en realidad timadores–, «snuff movies»....