Real Madrid

Una decisión con sus sombras

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Una decisión con sus sombraslarazon

Sergio Ramos eligió una frase de Michael Jordan para explicar sus sensaciones tras el partido en Turín y para la vuelta en el Bernabéu. «26 veces han confiado en mí para lanzar el tiro decisivo y lo he fallado», dijo una vez el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos. «He fracasado una y otra vez y por eso tengo éxito», insistía el escolta de los Bulls. Algo así debía sentir Ramos a la vuelta del Juventus Stadium, consciente de que ni él ni el equipo habían tenido su mejor actuación, pero que un gol y 90 minutos le separan de jugar la final de Berlín. «No sólo falló Sergio, lo hicimos todos más que de costumbre», defendía Ancelotti, creador de un experimento que ha tenido luces y sombras en los tres partidos en los que se ha producido.

Sin Modric ni Benzema había que reformar el centro del campo y ante el potente juego aéreo del Atlético, el técnico sintió que el central era la mejor solución para acompañar a Kroos, Isco y James en la línea de cuatro centrocampistas. Repitió esquema en la olla a presión del Sánchez Pizjuán y decidió que Turín era un buen lugar para probar otra vez. En ninguno de los tres partidos el sevillano fue el mejor del equipo. Pasó el aprobado en las dos victorias, mientras que el miércoles fue el día que, aparentemente, más sufrió con el balón. Sobre todo en la primera mitad, donde no encontraba un pase fácil. Doce le dio a Kroos, con el que más se asoció, pero los nueve balones que perdió mancharon su hoja de servicios.

Aunque ya era su tercera vez por delante de la defensa fue el día que más incómodo pareció, sin tiempo para reaccionar a la presión de los italianos. No tiene la costumbre y los mecanismos de un medio centro puro, aunque no sólo hay sombras en el experimento. Es un central más a la hora de replegarse y sí ha tenido buenos momentos en los tres partidos sacando la escoba y ayudando en la contención.

La mejor solución para partidos como el del martes se llama Modric, pero como esto es imposible, Ancelotti buscó entre lo que tiene y confía. Khedira no existe, Lucas Silva está verde y a Illarramendi no acaba de llegarle su oportunidad. Por eso, y porque Varane y Pepe son otra garantía, quiso el entrenador apostar por los tres centrales en el once titular. Quería más personalidad y determinación en el medio y Ramos tiene mucho de las dos cosas. En Turín no salió como se esperaba un experimento que puede pasar al congelador con la vuelta de Benzema.

Carlo anunció al francés para la ida de semifinales, pero será en la vuelta e incluso el sábado ante el Valencia cuando la rodilla de Karim esté recuperada del todo. Con él en ataque, Isco puede bajar al medio, volver a dibujar el 4-3-3 y Ramos pasar a su posición habitual, donde es uno de los mejores del mundo. Es un esquema mucho más ofensivo, porque no hay un jugador que en su genética predomine la destrucción. Kroos juega ahí y se va adaptando a pesar de tener alma de mediapunta y James e Isco se han reciclado y han añadido a su repertorio el sudor y la disciplina táctica. Es una opción factible en casa, con Illarra como jugador número doce si el marcador sonríe y hay que poner más ladrillos en el muro.

El ex canterano del Sevilla representa mejor que nadie la unión del vestuario con un técnico que convence a base de cercanía. En Turín no fue el mejor día de Sergio Ramos en el medio ni de los que estaban detrás de él, pero el partido por el título en Berlín sigue, únicamente, a 90 minutos y un gol de distancia.