Crítica de libros

Un amante en la niebla

López Barrio, finalista del Planeta, entrega una obra de misterio y aventuras

Un amante en la niebla
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Su nombre será citado por Dylan y Borges, y el lector no podrá pensar en Tánger sin recordar su etapa de zona internacional, con espías, contrabandistas y viajeros viviendo en su Medina. Lugar donde habitaron musulmanes, cristianos y judíos, es en sí misma una ciudad literaria, si entendemos, como hace Cristina López Barrio, como el lugar donde la realidad se enreda con el misterio y la pasión juega a las cartas en el espejo de la muerte. La autora, finalista del premio Planeta 2017, continúa con las claves literarias de su interesante narrativa: el misterio como forma dialéctica de mostrar el otro lado que ocultan los tapices de la aparente realidad (en los relatos de «El reloj del mundo»), la complejidad del universo femenino trazado como una herencia a través del tiempo de mujeres que modificarán la realidad (la saga femenina aquí o la estirpe de las Lobeira en «Tierra de brumas»), y lugares dotados por sí mismos de laberintos espirituales (Galicia también en «Tierra de brumas» y Toledo en «El cielo en un infierno cabe»).

En sus novelas hay mujeres, como Flora Gascón, que solo pueden alcanzar su futuro caminando hacia el pasado, de alguna manera metáfora femenina de la mujer de Lot, pero no vista a través de la mirada masculina, sino a través del viaje por la madriguera de la Alice de Carroll. Aquí las mujeres no se convierten en estatuas de sal, sino que se despiertan de sus fantasmas salinos y comienzan a andar hacia el horizonte.

Traductora de folletos

En esta obra pronto el lector se encuentra con dos novelas: Flora Gascón, casada y que vive intranquilamente sus nueve años de matrimonio con un funcionario aburrido mientras ella traduce folletos de electrodomésticos, de repente tiene una aventura con un hombre misterioso que desaparece al día siguiente, Paul Dingle. De la habitación de hotel se lleva una novela que él leía titulada «Niebla en Tánger» y un colgante. Y cuando Flora ve que uno de los personajes del libro se llama precisamente Paul Dingle toma rápidamente una decisión: irse a Tánger para saber cuánto hay de misterio y de realidad en ese personaje con el que hace unas horas ha compartido cama y sexo. Como dice la propia López Barrio, Flora se va a convertir en detective literario. Y efectivamente pronto el lector entrará en una novela paralela, donde sabrá de un chica rusa llevada allí, casada con un norteamericano, actriz en Hollywood, que volverá a aquella ciudad, recogerá a una niña bereber y mantendrá una relación dual por un lado con un bereber tuerto y por otro lado con Paul Dingle, un desertor del ejército francés. Y además el personaje de Flora entrará en contacto con la novelista Bella Nur, la autora de la novela que leía Paul, la otra «Niebla en Tánger». Varios personajes, lugares (como la tumba del famoso explorador contemporáneo de Marco Polo Ibn Battuta) irán componiendo una galería de espejos que, igual que en las novelas de Agatha Christie, acabarán encajando en las últimas páginas de la obra de López Barrio para cerrar el dibujo de un apasionante tapiz secreto.

Sobre la autora

Cristina López Barrio se inició en la novela juvenil y en 2010 con su libro «La casa de los amores imposibles» entró en la literatura para adultos

Ideal para...

los seguidores a los que le gusta combinar la literatura de sensibilidad femenina y de misterio

Un defecto

los lectores poco aficionados a la literatura femenina podrían buscar mayor protagonismo masculino

Una virtud

La perfecta descripción de las crisis de la protagonista y sus conversaciones con la psicóloga

Puntuación

8