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Los griegos sólo podrán sacar 60 euros al día

Un hombre prende fuego a un billete de cinco euros como protesta antieuropea
Un hombre prende fuego a un billete de cinco euros como protesta antieuropealarazon

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, anunció que los bancos estarán cerrados hasta el 6 de julio. Mientras los griegos han sacado 700 millones de euros en un día.

Grecia atraviesa uno de los momentos de mayor inestabilidad en sus cuatro décadas de democracia. El primer ministro heleno, Alexis Tsipras, anunció ayer la imposición de un control de capitales para hoy: los bancos griegos no abrirán. En un nuevo discurso «histórico» en el que se dirigió a la nación, Tsipras comunicó que el Banco de Grecia pedía el cierre de todos los bancos. Tampoco abrirá el mercado heleno, debido al terremoto financiero que atraviesa el país.

El Gobierno griego informó de que los bancos permanecerán cerrados hasta el 6 de julio y el límite de retirada de efectivo será de sesenta euros. Según el decreto oficial, publicado tras una reunión maratoniana del consejo de ministros, las entidades bancarias griegas cerrarán desde hoy hasta el 6 de julio y abrirán sus puertas al día siguiente, aunque este periodo podría acortarse o extenderse por decisión del Ministerio de Finanzas. El documento especifica que el primer día del cierre de los bancos, hoy lunes, los cajeros funcionarán un máximo de doce horas. Se podrán realizar pagos con tarjeta en el interior del país así como transacciones internas a través de los servicios bancarios de las páginas web. Los desembolsos a través de tarjetas de prepago se podrán efectuar con el límite que tenían antes de la puesta en marcha de estas restricciones.

Las medidas relativas al control de capitales no se aplicarán a los turistas, quienes podrán realizar transacciones y retiradas de dinero en los cajeros automáticos utilizando las tarjetas de crédito o débito emitidas en sus países de origen.

Respecto a las transacciones al extranjero, se podrán realizar todas aquellas que se consideren básicas como la compra de medicinas o el pago de costes médicos.

Para examinar las transacciones permitidas fuera de Grecia, se creará una comisión que dará el visto bueno a cada operación.

El decreto recoge además que el pago de las pensiones está excluido de las restricciones y matiza que los bancos anunciarán en qué oficinas se realizará el pago de las mismas.

Extensión del rescate

Tsipras justificó que el Gobierno griego se ha visto obligado a imponer ese control de capitales «porque los acreedores no aceptaron la ampliación del segundo programa de rescate», tal y como demandó el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, en el último Eurogrupo del sábado. «La negativa de la prórroga conlleva medidas de restricciones bancarias en la retirada de depósitos», afirmó. Además, el primer ministro anunció en esa misma comparecencia televisada que el Ejecutivo griego ha vuelto a solicitar una extensión del rescate, que expira este martes 30 de junio, con el objetivo de poder celebrar el referéndum en un ambiente de normalidad. Tsipras presentó esa petición al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y a los líderes de la eurozona, aunque fue rechazada en el Eurogrupo del sábado.

La decisión de llamar a un control de capitales fue tomada por la tarde en un Consejo de Estabilidad Financiera que reunió a Varufakis, el gobernador del Banco de Grecia, Yanis Stournaras, varios ministros y algunos representantes del sector bancario. A la salida de ese trascendental encuentro, el titular de Finanzas ya insinuó el desenlace final al subrayar que harían «lo posible para proteger la vida cotidiana de los griegos». En ese sentido, también Tsipras pidió «paciencia» al pueblo heleno y aseguró que «los depósitos están garantizados», así como los salarios y pensiones. Un intento de tranquilizar a una población que, tras el anuncio del BCE, volvió a caer en pánico.

A lo largo del día se repitieron las mismas colas que el día anterior en frente de los cajeros, pero por la tarde esa afluencia se incrementó de forma considerable. Según la prensa local, unos 500 de los 7.000 cajeros en todo el país se quedaron sin metálico el sábado, sobre todo en las islas más aisladas. Ayer, en cambio, fueron los cajeros del centro de Atenas los que comenzaron a quedarse sin efectivo. Una imagen recurrente en la jornada fueron las personas que deambulaban por las calles de la capital con la tarjeta de crédito en la mano, en busca de un cajero que todavía dispensase dinero. Una señal reveladora de la escasez de liquidez del sector bancario. Desde que Tsipras anunció la convocatoria del referéndum, el viernes de madrugada, se han retirado alrededor de 700 millones de euros hasta ayer al mediodía, según estimaciones. Una cifra que con seguridad se disparó a última hora del día tras conocerse el control de capitales. En vista de la masiva fuga de depósitos, varios representantes del sector bancario, entre otros el CEO del Banco del Pireo, habían anticipado por la tarde el cierre de las entidades para hoy.

El viernes de madrugada Alexis Tsipras convocaba de madrugada un referéndum para aceptar o rechazar la última propuesta de los socios. El sábado esa consulta se aprobaba en el Parlamento griego también a altas horas de la madrugada. Ayer, el primer ministro griego comunicó la imposición de un control de capitales. Es decir, el cierre de los bancos para hoy. Grecia afronta un «lunes negro» y una semana crucial para su futuro.