Ceuta

Hallan un zulo yihadista con subfusiles para atentar en Ceuta

La Guardia Civil encuentra un arsenal con 800 cartuchos y una bandera de Daesh. Había un «pendrive» que se está descifrando para determinar los posibles objetivos

La operación de la Guardia civil sigue abierta
La operación de la Guardia civil sigue abiertalarazon

La Guardia Civil encuentra un arsenal con 800 cartuchos y una bandera de Daesh. Había un «pendrive» que se está descifrando para determinar los posibles objetivos

El DAESH, el Estado Islámico, planeaba una serie de atentados en la Ciudad Autónoma de Ceuta, según las primeras investigaciones realizadas por la Guardia Civil tras el hallazgo de un zulo con armas, munición y un pen drive (dispositivo de almacenamiento informático) cuyo contenido

está siendo examinado por los especialistas de la Benemérita.

Según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, tras las primeras dudas sobre si el zulo en el que se encontró el importante arsenal era de delincuencia organizada, las pesquisas apuntan a que se trata de un escondite de los yihadistas en el que guardaban dos subfusiles UZI, de fabricación israelí; cinco pistolas, de distintas marcas, 800 cartuchos de munición; y una decena de armas blancas, de distintos tamaños, para ser utilizadas en atentados.

Los investigadores, dadas las dificultades para pasar las armas en barco a la Península, se inclinan a pensar que las posibles acciones criminales que iba a cometer la célula o células a las que iban destinadas serían perpetradas en la Ciudad Autónoma.

En cualquier caso, los especialistas de la Benemérita tratan de determinar el origen de las armas, que fueron encontradas en un descampado de Ceuta junto con una bandera del DAESH. Las pruebas de balística que se están realizando a los dos subfusiles y a las cinco pistolas permitirán, al menos en eso confían los investigadores, determinar donde pudieron ser adquiridas en el mercado negro, que se extiende por distintos paises del mundo.

Aunque en principio se habló de delincuencia organizada, la Guardia Civil no descartó ninguna hipótesis. El hecho de que entre las armas hubiera una bandera del DAESH hacía sospechar de que pudiera tratarse de una entrega a una célula yihadista y que en el transporte hubieran podido participar elementos de la referida delincuencia organizada.

Las armas son adquiridas por los terroristas en el citado mercado negro. Normalmente, son los propios yihadistas los que se ocupan de su transporte, pero el incremento de las medidas de seguridad frente a estas bandas puede haber condicionado que, para determinados «trabajos», echen mano de la experiencia de otras organizaciones delictivas.

Además, en estos grupos se han detectado en los últimos tiempos individuos con una fuerte radicalización musulmana, lo que garantiza la seguridad de las operaciones de tipo logístico que se puedan realizar . Ya sea por miedo o por pura convicción, no van a colaborar nunca con las Fuerzas de Seguridad.

El hecho de que entre las armas halladas no hubiera fusiles de asalto Kalashnikov, que suelen formar parte de la dotación de las células yihadistas, sino subfusiles UZI, es un elemento más de preocupación. A este respecto, las fuentes consultadas han señalado que el dato, con ser significativo, puede ser irrelevante, ya que los terroristas utilizan todas las armas que tienen a su alcance y los citados subfusiles, para un atentado realizado a corta distancia en un objetivo en el que haya muchas personas, pueden ser absolutamente letales por su velocidad de tiro y fácil manejo.

La bandera del DAESH podía haber sido colocada en el zulo junto a las armas como una señal para que si alguien encontraba el pequeño arsenal por azar no tocara nada ni, por supuesto, informara a las autoridades. La capacidad de infundir miedo del Estado Islámico entre la población, ya sea musulmana o de otras religiones, es muy grande. De confirmarse que es un «zulo» yihadista, se trataría de una prueba más de que esta banda está adoptando el «modus operandi» de las organizaciones terroristas tradicionales.

El «aparato militar» coordina desde Siria e Irak la logística necesaria para que las armas lleguen a manos de la células operativas, que son las encargadas de cometer los atentados. Mediante mensajes, con un lema convenido a través de las redes sociales, el responsable de la célula es advertido de que va a disponer de las armas en determinada fecha. En Siria ya se le han indicado los lugares en las que serán escondidas.

Lo ocurrido en Ceuta supone un salto cualitativo en la amenaza yihadista contra España.