Elecciones catalanas

Ministros y dirigentes del PP piden a Rajoy las elecciones para el 13-D

Moncloa se inclina por esa fecha, que permitiría constituir las nuevas Cortes antes de Reyes y hacer frente al desafío tras el 27-S

Rajoy, ayer, en la inauguración en Cádiz del nuevo Puente de la Constitución de 1812, del ingeniero Manterola
Rajoy, ayer, en la inauguración en Cádiz del nuevo Puente de la Constitución de 1812, del ingeniero Manterolalarazon

El previsible desafío tras el 27-S aconseja que el nuevo Gobierno se forme cuanto antes. La fecha permitiría que el Congreso y el Senado estuvieran constituidos antes de Reyes

El diseño inicial del escenario parlamentario para la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) llevaba a que las elecciones generales se celebrarían el día 20 de diciembre. Con esa premisa han trabajado en el Grupo Popular. Pero en el Gobierno y en el partido hay voces que se han movido para hacer ver al jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, la conveniencia de acelerar todo el proceso para poder convocar el día 13 de diciembre. También hay opiniones en el lado contrario, por supuesto, pero hoy Moncloa se inclina más por la fecha del día 13. A la espera, en cualquier caso, como puntualizan, de que Rajoy diga la última palabra.

Para ir al 13, el Gobierno tendría que hacer llegar al Congreso la petición de que se convocara un «megapleno» el día 19 de octubre, lunes, que sirviese para dar carpetazo a todo el trabajo que, en principio, tendría que haberse desarrollado en una sesión plenaria ordinaria esa misma semana. Esa notificación no ha llegado aún a la Cámara, pero es una posibilidad que está encima de la mesa. El Gobierno está obligado a hacerla porque aunque sea una semana de sesión plenaria, el lunes no es el día habitual en el que se convocan los plenos.

Los partidarios de que el proceso electoral se desarrolle el 13 están alertando del riesgo de meterse en las vacaciones de Navidad. Es una fecha excepcional, sin precedente, y sobre la que los expertos señalan que es difícil hacer cálculos sobre cómo puede afectar al voto. Esta fecha llevaría, además, a otra excepcionalidad, la de que las nuevas Cortes Generales se constituyeran entre Año Nuevo y Reyes, en la primera semana de enero, en todo caso. Mientras que en el lado contrario, si se espera hasta el 20 de diciembre, con sus ventajas por factores económicos como la extra de Navidad, la constitución del Congreso y del Senado quedaría para más entrado el primer mes de 2016. El horizonte de las elecciones generales va a estar marcado por el resultado de las catalanas y los pasos que dé el nuevo Gobierno regional. Desde las filas populares advierten, al respecto, de que hace cuatro años la situación económica obligaba a acelerar, dentro de los plazos, la constitución del nuevo Gobierno de la nación y de las nuevas cámaras, y que éstas se pusieran a trabajar cuanto antes. Y precisan que ahora la urgencia viene por el lado de la estabilidad política.

Ahí está el peso de la incógnita de los movimientos que pueda realizar una mayoría independentista en el Parlamento catalán que salga de las urnas, un escenario ante el que la situación de un Gobierno central en funciones y unas cámaras disueltas no es la más ideal para hacer frente a cualquier desafío. Aunque el Estado tenga mecanismos suficientes para oponerse a una vulneración de la ley incluso con la legislatura ya disuelta, según subrayan en el PP. También desde el Gobierno de Rajoy apelan a su reforma del funcionamiento del Tribunal Constitucional (TC) para que el Alto Tribunal pueda actuar en la ejecución de sus sentencias y no dependa «de los tiempos y de la vuelta» de la jurisdicción ordinaria. Ya que subrayan que esta modificación legal es «un instrumento clave» para fortalecer al Estado de Derecho ante la contingencia de que el órdago independentista se active en pleno proceso de las elecciones generales.

El desafío soberanista, sin perjuicio del resultado del domingo, será un elemento motivador de la campaña del PP en los comicios de diciembre. Y será utilizado por Rajoy para dar más consistencia a su apelación a la estabilidad política y económica. Un gobierno central en minoría, y con el frente independentista asentado en el Congreso de los Diputados, es un escenario que inquieta bastante en las filas populares. Y que el PP aprovechará como elemento agitador del voto en favor de sus siglas frente a un PSOE «más débil» en este terreno. El PP intentará utilizar contra el líder socialista, Pedro Sánchez, las contradicciones y ambigüedades de su partido en materia de política territorial y sus alianzas con la izquierda más radical. Y en el propio PSOE, la vieja guardia anticipa que la estrategia popular jugará esa baza contra ellos de cara a la inminente batalla por La Moncloa. Aunque el resultado de este domingo en Cataluña también pueda exigir a Rajoy escenificar que busca llevarse a Pedro Sánchez a su terreno para defender juntos una política de Estado.

El presidente zanja el debate: «Un vaso es un vaso»

Para Mariano Rajoy, lo que pasaría si los catalanes se independizasen está muy claro y se puede leer en los Tratados de la Unión Europea. Sin embargo, y no queriendo entrar en «disquisiciones jurídicas para no generar más confusión», zanjó el debate diciendo: «Es muy claro y lo entiende todo el mundo: un vaso es un vaso y un plato es un plato». Así resolvió el presidente todo el debate sobre la nacionalidad que tendrían los catalanes en una entrevista en la Televisión de Gerona, en la que Oriol Mas, jefe de informativos de la cadena, insistió para que Rajoy resolviese «el pequeño lío» que se hizo durante la entrevista de Alsina. El jefe del Ejecutivo contestó que él «no está para hacer debates jurídicos» y que «la posición del Gobierno es evitar que eso –una declaración unilateral de independencia– se vaya a producir.