Obama y los principales líderes europeos blindan la OTAN ante el desdén de Trump

Con el fin de la cumbre y la marcha de Obama se ponen fin a ocho años de estrecha colaboración entre Estados Unidos y una Unión Europea (UE) dirigida en lo político bajo la batuta de la canciller. El 20 de enero de 2017 finalizará oficialmente la era Merkel-Obama, pero hasta entonces ambos dirigentes junto a los líderes de Francia, Italia, España y Reino Unido marcaron ayer una hoja de ruta frente a los conflictos más acuciantes a los que se enfrenta el mundo occidental.

Así, tras la cumbre a seis que ayer finalizó en Berlín, se acordó mantener las sanciones a Rusia a causa del conflicto con Ucrania. Según un comunicado emitido por la Casa Blanca, al término de la reunión y tras la partida de Obama de la capital alemana, los seis líderes consideran que las medidas deben persistir hasta que se implementen los acuerdos de Minsk y se consiga un alto el fuego estable en el este de Ucrania a lo que Merkel, en su comparecencia con Rajoy, precisó que no se plantea una extensión al papel que desempeña Moscú en Siria. Los seis líderes ratificaron su rechazo total por la anexión «ilegal» de Crimea; una postura que fue ratificada en su discurso por el presidente español. El mantenimiento de las sanciones a Moscú fue uno de los puntos más importantes de la cumbre y más en un momento en el que con la victoria de Donald Trump se revitaliza el eje entre Estados Unidos y Rusia. En esta línea, la visita a Alemania de Obama ha estado marcada por las incertidumbres en las relaciones a ambos lados del Atlántico y a escala global que plantea la llegada de Trump a la Casa Blanca. En su rueda de prensa conjunta, tras una primera reunión bilateral, Merkel y Obama subrayaron el valor de la relación trans atlántica y expresaron su confianza en que Trump siga ese mismo camino. En este contexto, el todavía presidente de Estados Unidos mostró su «esperanza» en que su sucesor en la Casa Blanca, aunque no siga exactamente la línea marcada por su Administración, adopte una «posición constructiva» hacia Moscú, pero también «realista» y se oponga a Rusia cuando se distancie de los «valores y las normas internacionales».

En esta línea, se acordó continuar trabajando en el marco de organizaciones como la OTAN y presionar por una agenda transatlántica. Una tema que ahora adquiere mayor importancia ya que durante la campaña electoral, Trump calificó a la OTAN de un organismo «obsoleto» y demandó a los países miembros que «paguen su parte» si no quieren defenderse solos. De hecho, Obama abandonó Berlín rumbo a Lima donde participará en el Foro de Cooperación Asia-Pacífico. Allí se reunirá con el primer ministro Xi Jinping y, aunque no hay previsto un encuentro oficial, el Kremlin ha confirmado que se espera que el líder estadounidense y Vladímir Putin hablen en los márgenes de la cumbre.

La gira europea de despedida de Obama, a quien le quedan apenas dos meses de mandato, se planificó con una confianza muy alta, tanto dentro como fuera de EE.UU, ante la idea de que la demócrata Hillary Clinton se hiciera con la victoria. Algo que ahora se ha visto truncado con la victoria republicana. Junto a estos temas, el «Brexit» estuvo encima de la mesa de la cumbre y en ese aspecto, la primera ministra británica, Theresa May, aseguró a Merkel que los preparativos para la salida de Reino Unido de la Unión Europea marchan según lo previsto y que el proceso legal comenzará a fines de marzo del año próximo. «Nuestro trabajo está en marcha, estamos listos para activar a el Artículo 50 antes del fin de marzo o para fines de marzo de 2017», dijo a la canciller durante una comparecencia conjunta frente a los medios en Berlín antes de celebrar un encuentro bilateral. Los comentarios de May buscaron responder a las persistentes críticas de legisladores opositores de que el Gobierno no tiene un plan de salida. También está la posibilidad de que sus planes puedan verse aplazados por una decisión legal de que debe obtener el respaldo del Parlamento antes de poner en marcha el Brexit.