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Otegi: «Hay que excarcelar a los presos e independizar Euskadi»

Otegi, a su salida de la cárcel, asegura que «la lucha es el camino hacia la victoria, necesitamos la independencia».

El dirigente de Sortu Arnaldo Otegi, durante una fiesta de bienvenida en la localidad de Elgoibar tras su salida de prisión
El dirigente de Sortu Arnaldo Otegi, durante una fiesta de bienvenida en la localidad de Elgoibar tras su salida de prisiónlarazon

Otegi, a su salida de la cárcel, asegura que «la lucha es el camino hacia la victoria, necesitamos la independencia».

«Los catalanes nos están dando una auténtica lección sobre lo que hay que hacer», dijo ayer Arnaldo Otegi en Elgoibar, en su segundo discurso el día de su salida de la prisión de Logroño. «In dependencia» fue la palabra que el mismo coreó con aplausos, para que fuera seguida por quienes se congregaron, a las seis y media de la tarde, en la plaza de su pueblo natal. En un acto en el que se sorteó la apología del terrorismo, Otegi citó a la vicepresidenta del Gobierno, que se había referido a él horas antes como un «terrorista condenado», y dijo que terrorismo era «el de Manuel Fraga Iribarne asesinando trabajadores en Vitoria» y, «por si acaso», aclaró que no era una frase suya, sino de una canción de Los Chikos del Maíz. Hubo autocrítica medida y compensada, en un discurso en el que Otegi se alegró «por la gente que ya no vive con escoltas», matizando que «su corazón» estaba con quienes «llevaban treinta años preparando la bolsa para la cárcel». Y hubo también un guiño al estilo de Podemos, con varias referencias a la «casta» y a las «puertas giratorias» de la política.

No se escuchó en Elgoibar el tradicional grito de guerra del entorno etarra con el que Otegi fue saludado a su salida de la prisión de Logroño, «Jo ta ke, irabazi arte» (Dale hasta conseguirlo). Su autopresentación, a las puertas de la cárcel, como «preso político» y su mensaje de que «la paz es el camino» no encajaban con ese recibimiento. Y hubo adaptación, sobre la marcha, después de un comunicado de Ezker Ainitza, la IU vasca, en el que se denunciaba el intento de que «los responsables de conflictos violentos pasen a la historia como los hacedores de la paz». Hay que considerar la denuncia de la IU vasca que acusa a Otegi de oportunista, al asegurar que cambió de estrategia cuando el rechazo social hizo insostenible su apoyo a la violencia, para no acabar confundido en el montaje que ha preparado el entorno etarra en torno a la salida de prisión de Arnaldo Otegi y para interpretar el mensaje que quien fuera dirigente de Batasuna. Otegi dijo que a él y al resto de los detenidos por el intento de reconstrucción de Batasuna –siguiendo órdenes de ETA– conocido como «caso Bateragune», les encarcelaron por «hacer una apuesta por la paz». «La paz es el camino –aseguró Otegi– y hay que llevar esa apuesta hasta el final».

Esa frase, según el entorno de Otegi, podría ser el germen del discurso que quien fuera portavoz de Batasuna prepara para el sábado en el Velódromo de Anoeta. De alguna forma podría decir que es el momento de que ETA camine hacia el desarme y la disolución.

A la salida de la prisión de Logroño, Otegi dijo que en 2009 y 2010 en la izquierda abertzale se puso en marcha un proceso que rompía amarras con la estrategia de la violencia y se decantaba por los métodos exclusivamente pacíficos y democráticos. Felicitó a quienes, dijo, han seguido con aquel proceso y se mostró dispuesto a ponerse al frente del movimiento que tiene como objetivo la independencia. Los gritos a favor de la independencia fueron los segundo que escuchó Otegi al salir, a las nueve menos cinco de la mañana, de la prisión de Logroño, después de «Jo ta ke, irabazi arte» y de «Presoak kalera» (Presos a la calle). Con el puño en alto, Otegi recorrió en solitario, con gesto orgulloso y feliz, el pasillo exterior dentro del terreno de la cárcel, hasta llegar a la verja de salida, donde abrazó a su familia y se fundió con los cientos de personas que habían viajado en autobús desde su ciudad natal, Elgoibar, para recibirle a pie de cárcel. En la bolsa de mano llevaba una bandera de Suráfrica, apoyando así el intento de su entorno de presentarle como el Nelson Mandela vasco.

A Logroño acudió el presidente de Sortu, Hasier Arraiz, y dirigentes de la izquierda abertzale como Rufi Etxeberria, Pernando Barrena e Iñigo Iruin, además de Rebeka Ubera y Jon Añarritu, de Aralar, Pello Urizar y Unai Ziarreta, de EA y Oskar Matute, de Alternatiba. Y no ha sorprendido la presencia de los dirigentes de la CUP David Fernández y Anna Gabriel, después de los contactos que ha mantenido durante sus últimos días en prisión quien fuera portavoz de Batasuna, nombrado, mientras estaba en la cárcel, secretario general de Sortu.

Arropado por banderas de Euskadi, Arnaldo Otegi inició la primera de las tres intervenciones previstas en su programa de recibimiento señalando que «hoy sale un preso político de una cárcel española», llamando la atención sobre el despliegue mediático que le diferenciaba de otros presos y bromeando sobre la intención de EH Bildu de nombrarle candidato a lendakari, a pesar de su inhabilitación para cargo público hasta 2021. «El mejor lendakari, el mejor alcalde, el pueblo», sentenció.

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