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Podemos, a la bronca

El Congreso vivió ayer una nueva sesión de alta tensión cuando Iglesias y un diputado del PP se enzarzaron en una aparatosa bronca que obligó a Pastor a exigir respeto a sus señorías.

Pablo Iglesias gesticula durante el rifirrafe con un diputado del PP.
Pablo Iglesias gesticula durante el rifirrafe con un diputado del PP.larazon

El Congreso vivió ayer una nueva sesión de alta tensión cuando Iglesias y un diputado del PP se enzarzaron en una aparatosa bronca que obligó a Pastor a exigir respeto a sus señorías.

Las formas de la «nueva política» volvieron a ser noticia ayer en el Congreso cuando Pablo Iglesias se enzarzó en una aparatosa bronca con la bancada popular en la que, según diputados del PP, el líder morado espetó en tono hostil «baja aquí» al diputado Ángel González. Las imágenes captadas ayer en el Hemiciclo hablan por sí solas de la intensidad de un rifirrafe que obligó a Ana Pastor a llamar la atención severamente a sus señorías: «Lo primero que hay que hacer es respetar, si quieren que nos respeten los ciudadanos».

El punto de ignición de la refriega tuvo lugar cuando el diputado de Podemos Antonio Gómez-Reino criticaba el nombramiento de Arsenio Fernández de Mesa, ex director general de la Guardia Civil, como consejero de Red Eléctrica de España. Gómez reino desplegó desde su escaño el aluvión de críticas a este tipo de prácticas que en la terminología de Podemos se denomina «puertas giratorias» y que constituye uno de los principales caballos de batalla del partido de Iglesias. El encargado de contestar en nombre del Gobierno al diputado gallego fue el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que echó en cara a Gómez-Reino que parece que «ser director de la Guardia Civil es sinónimo de corrupción». Fue en este momento en el que la temperatura subió significativamente en el Hemiciclo y, como suele ser habitual en este tipo de sucesos, las versiones difieren sustancialmente dependiendo del bando. Según el PP, varios diputados de Podemos, entre ellos Iglesias, gesticularon con la mano en la mejilla en el clásico gesto de «caradura». Fue en ese momento cuando el diputado por Málaga Ángel González profirió un «caraduras vosotros» que terminó de encabritar a la bancada de Podemos. Como si de una bronca de taberna se tratara, al parecer Iglesias y González se retaron a «bajar» al centro del Hemiciclo. Posteriormente, Montero instaba a González a hablar «sin tanto machirulismo» y advertía de que Podemos «no se va a amilanar».

No fue éste el único momento de tensión en el accidentado Pleno de ayer. Rufián preguntó Mariano Rajoy si está de acuerdo «con la judicialización del proceso de autodeterminación catalán» y «con que una urna te lleve a un juzgado», y Rajoy le replicó con lo que considera «el ABC de la democracia». «No me queda más remedio que explicarle lo que ya todos sabemos», dijo el presidente tras recordar a Rufián que una cosa es el debate político y «otra muy distinta el cumplimiento de la ley» que, indicó, «obliga a todos» y a los políticos más, si cabe. «Cuando alguien, sea político o no, actúa fuera de ley, interviene la Justicia, y eso no es nada exótico, pasa en todos los países democráticos del mundo». Ante las palabras de Rajoy, Rufián tiró de recorte de periódico con la foto de los 33 jueces catalanes que se manifestaron a favor de la consulta soberanista del 9 de noviembre de 2014 por la que se ha juzgado al ex presidente catalán Artur Mas y dos de sus consejeras. «Lo que no se hace en ningún sitio es que cuando no tienes razón, para llamar la atención se saca un papel», le respondió Rajoy, insistiendo en que «en política no hay absurdo imposible».

Menos polémico fue el rifirrafe con el diputado del PSOE Antonio Hurtado, que también tiró de cartel al mostrar una fotografía de Rodrigo Rato con las frase «defraudador compulsivo». En esta ocasión Montoro consideró «lamentable» que existan indicios de que Rato haya defraudado, pero aseveró que «lo que no existe en este país es impunidad».