El desafío independentista

¿Urnas 'made in China'?

Los expertos creen que la Generalitat ya tiene el material para el 1-O. En tres semanas es imposible fabricar 8.000 unidades en España

Efectivos de la guardia civil transportan cajas a su salida del semanario El Vallenc
Efectivos de la guardia civil transportan cajas a su salida del semanario El Vallenclarazon

Los expertos creen que la Generalitat ya tiene el material para el 1-O. En tres semanas es imposible fabricar 8.000 unidades en España.

Si en algo coinciden Gobierno y Generalitat respecto al referéndum del 1 de octubre es en la importancia de las urnas. El Ejecutivo catalán quiere dotar a la jornada de toda la solemnidad posible, por lo que repetir la imagen del 9-N con urnas de cartón está completamente descartado. Los dos gobiernos lo saben y los registros de la Guardia Civil efectuados esta semana en una imprenta de un pueblo de Tarragona indican que buena parte del éxito o el fracaso del referéndum pasa por la logística. Así las cosas, todo parece indicar que la tónica general durante las próximas semanas será ver al Gobierno y la Generalitat jugar al gato y al ratón con las urnas. Desde el Govern han explicado que necesitan 8.000 urnas para la consulta de las que, aseguran, ya disponen de 6.000.

Los expertos consultados por este periódico, que prefieren omitir el nombre de sus empresas, coinciden en señalar que la Generalitat o va de farol o ya dispone de las urnas. «Es imposible fabricarlas en España», asegura taxativo uno de ellos. A menos de tres semanas para el referéndum, apenas tres o cuatro empresas en todo el país serían capaces de realizar un pedido de ese tamaño. Unas empresas que, por otro lado, a estas alturas de la película, estarían más que fiscalizadas. Tal y como también lo están las cuentas de la Generalitat que tiene que enviar semanalmente al ministerio de Hacienda una relación de sus gastos. Eso no quitaría, sin embargo, que un ciudadano particular fuese el encargado de comprar las urnas en, pongamos, China, como algunos se han aventurado a especular, para después traerlas a Cataluña. «Tampoco sería fácil. El volumen de urnas es lo suficientemente importante como para que los controles aduaneros fueran capaces de detectarlos a su llegada al puerto de Barcelona». «Como mucho, podrían haber llegado por piezas para después ser ensambladas en algún otro lugar», añade.

Por todo ello, otro de los expertos concluye que la Generalitat tiene las urnas desde hace tiempo, «quizás escondidas en Andorra», especula. A su juicio, el concurso público que quedó desierto hace unos meses fue «un gesto de cara a la galería». «Sabían de sobra que el Gobierno intervendría ese concurso de algún modo u otro, pero les servía para distraer la atención». A ese concurso, el pasado junio, concurrieron dos empresas, Plastic Express y la UTE formada por Espai World y Suministros Integrales Futbida, que incluso habían presentado ya oferta económica y estaban en el tramo final del proceso de licitación. La Generalitat, sin embargo, las descartó al no poder acreditar «solvencia técnica y económica», por lo que tuvo que declarar desierto el concurso. El precio de las dos ofertas por urna oscilaba entre los 19 y los 20 euros. De hecho, una de estas urnas en el mercado minorista puede conseguirse por unos 37 euros en su modelo más básico.Estas dos empresas, en cualquier caso, declinaron hacer declaraciones a este periódico.

Jordi Manyà, coordinador de la Asamble Nacional de Cataluña (ANC), una organización algo propensa a las bravuconadas, por lo que hay que poner en cuarentena todo lo que dicen, aseguró que «las urnas ya están compradas, pero las tenemos escondidas en una embajada». Incluso precisó que habrían costado 145.000 euros y que podrían estar camufladas en el consulado de un país báltico como Lituania, Letonia o Estonia. La Generalitat, al respecto, dio la callada por respuesta. Posteriormente, tras los atentados de Barcelona, fue el propio presidente catalán, Carles Puigdemont, el que dio más detalles sobre las urnas y, en una entrevista al Financial Times, explicó que «ya tenemos más de 6.000 urnas. No veo de qué modo el Estado puede frenar el referéndum».