España

El BCE acude en auxilio de España tras el recorte de solvencia de S&P

Compra deuda española en el mercado para reducir la presión sobre la prima de riesgo. El Gobierno achaca la rebaja a la crisis de deuda de la UE

El BCE compra deuda pública de España tras rebaja de la calificación de S&P
El BCE compra deuda pública de España tras rebaja de la calificación de S&Plarazon

Los inversores saben que las tres grandes agencias de rating van en manada, salvo en el caso de EE UU, por lo que el recorte de la solvencia soberana de España en un escalón por parte de S&P (desde «AA» hasta «AA-») no pilló a nadie por sorpresa. Además, por si alguien quisiera sacar «tajada» de la situación, el Banco Central Europeo (BCE) se disfrazó otra vez de «caballero blanco» para salvar a los periféricos no rescatados –nuestro país e Italia– en el mercado secundario de deuda.

La institución que aún preside el francés Jean-Claude Trichet sabe que la zona euro no se puede permitir dos paquetes de rescate para España e Italia –son los «too big to fail» de las crisis de deuda, países demasiado grandes como para quebrar y con un riesgo sistémico enorme para la moneda única–. Por ello, desde julio interviene en el mercado secundario comprando bonos españoles e italianos cuando la cosa se pone fea.

El interés del bono español a diez años (que evoluciona a la inversa de la demanda) creció hasta el 5,276% durante los primeros instantes de la sesión, justo después de conocerse el recorte de solvencia de S&P, pero el BCE movió ficha y lo redujo hasta el 5,232%. Poco después, un segundo ataque vendedor elevó el rendimiento al 5,294% y la institución volvió a comprar deuda española hasta dejarla en el 5,244%.

La prima de riesgo –diferencial del bono español respecto al alemán a diez años– osciló entre los 314 puntos básicos del máximo diario y los 305 puntos del cierre. En el caso de Italia, que tiene menor nota de solvencia que España, su «brecha» respecto a la deuda germana alcanzó un techo de 370 puntos básicos y el movimiento del BCE la redujo hasta los 362.

Además de la compra de deuda por parte de la institución que presidirá Mario Draghi, la subida del interés del bono alemán –se disparó un 4,5%– benefició a las primas de riesgo. La deuda germana no estaba tan cara en el mercado desde finales de agosto y las previsiones de que la locomotora alemana ralentizará su crecimiento están perjudicando a su bono. En cualquier caso, ya quisieran España, Italia e incluso Francia colocar su deuda al 2,2%.

En el caso de la renta variable, los principales índices salvaron los muebles a última hora en una jornada que pintaba mal en sus primeros compases. El Ibex ganó un 0,36%, París se anotó un 0,97%, y Fráncfort, un 0,89%.

Salgado echa balones fuera
El Gobierno esgrimió ayer, por boca de su vicepresidenta primera, la tensión financiera mundial y, en concreto, la que azota a la zona euro para justificar la rebaja aplicada por parte de S&P. En este contexto, Elena Salgado recomendó a las agencias no guiarse tanto por el contexto exterior, sino por las circunstancias concretas del país. Tras su recomendación, prefirió poner el énfasis en el reconocimiento de S&P hacia el trabajo de España y la resistencia de la economía española «en condiciones adversas».

A su juicio, en el supuesto de que la banca tuviera que ser recapitalizada con fondos públicos, el informe de S&P admite que la deuda se mantendría en niveles reducidos. La vicepresidenta destacó que la considera «favorable» el cambio constitucional y las reformas estructurales.

La agencia de calificación justifica el recorte de la solvencia de España en un escalón en el elevado desempleo del país, en la contracción del crédito y en la elevada deuda del sector privado, especialmente los bancos con los activos inmobiliarios. La contracción del crecimiento, añade S&P, se verá afectada también por la mala evolución de las economías de la zona euro.


«Financial Times»
El déficit descarrila...

El diario «Financial Times» da por hecho que el débil crecimiento, el gasto excesivo por parte de las autonomías y el «impulso» de relajar las medidas de austeridad antes de las elecciones generales el 20-N «ya han descarrilado» el programa de consolidación fiscal de España. El rotativo cree que es «casi imposible» que España cierre 2011 con un déficit del 6%.

Gobierno
...pero Salgado halla oxígeno

Elena Salgado se mantiene inasequible al desaliento. En contra de cualquier pronóstico adverso a sus previsiones, da por hecho que el año acabará con un déficit público del 6% del PIB. Su confianza se basa en un colchón inesperado para el Estado de 4.000 millones (2.000 por el menor gasto en intereses de la deuda y otros 2.000 por la subasta del espectro radioeléctrico).