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El terrorismo y los refugiados obligan a la UE a pactar con Ankara

Angela Merkel y François Hollande charlan con el primer ministro turco Ahmet Davutoglu, al comienzao de la cumbre UE-Turquía hoy en Bruselas.
Angela Merkel y François Hollande charlan con el primer ministro turco Ahmet Davutoglu, al comienzao de la cumbre UE-Turquía hoy en Bruselas.larazon

Bruselas ofrece 3.000 millones a Turquía para que controle el flujo de refugiados a cambio de eliminar los visados a sus ciudadanos y acelerar la adhesión.

La Unión Europea y Turquía sellaron ayer un acuerdo. Un compromiso por el que cada parte firmante hará lo posible para facilitar lo que le interesa a la otra. Bruselas quiere que Ankara controle el flujo de refugiados para que no lleguen a suelo europeo, mientras que para Turquía la cumbre con la presencia de todos los líderes europeos ha supuesto un momento histórico para relanzar su adhesión al club de los Veintiocho.

Turquía tratará, por lo tanto, de controlar a los refugiados para que no salgan del país de forma ilegal, a cambio de 3.000 millones de euros y de que los turcos no necesiten visado para entrar en la UE un año antes de lo previsto. Un convenio del que ambas partes sacarán provecho. Los Veintiocho acordaron poner fecha concreta al tema de visados, fijando la exención total de visados para los turcos en octubre del año que viene, «siempre que se cumplan los requisitos de la hoja de ruta».

El moderado primer ministro, Ahmet Davutoglu, fue el encargado de cerrar los flecos de la negociación con sus socios europeos. «Tras once años, por primera vez se ha celebrado una cumbre UE-Turquía y es un hecho histórico. Hay que revitalizar el proceso de adhesión a la UE... Hemos dado pasos muy importantes y, fase por fase, iremos avanzando», dijo el primer ministro turco en su discurso al concluir la cumbre. «La UE y Turquía somos miembros de la misma familia y la adhesión será una baza para la paz en todo el mundo. Para los refugiados tendremos un plan de acción con un enfoque común y actuaremos juntos», declaró Davutoglu.

Según cifraba ayer el presidente del Consejo, Donald Tusk, alrededor de 1,5 millones de refugiados habrían llegado a suelo europeo, en su mayoría desde Turquía, lo que convierte el acuerdo con Ankara en «la única vía posible para frenar la llegada de demandantes de asilo». También es la fórmula en la que no hay divisiones entre los Estados europeos, después de que el sistema de cuotas hubiera fragmentado la UE entre un bloque solidario, que ya no lo es tanto, y otro bloque contrario a la reubicación.

En su discurso, daba un giro en su forma de presentar a los inmigrantes que llegan a Europa, dando a entender que entre los refugiados pueden llegar terroristas. «Algunos (inmigrantes) vienen huyendo de la guerra y la persecución, otros buscan una vida mejor y unos pocos buscan destruir nuestros valores», dijo Tusk en la Cumbre. «Esperemos cambiar las reglas del juego con el acuerdo con Turquía y el refuerzo de la ayuda a los refugiados sirios», añadió.

En la misma línea se mostró el presidente francés, François Hollande. No dudó en asegurar que entre los demandantes de asilo pueden encontrarse terroristas y pidió que se identifiquen a todos los inmigrantes que cruzan Turquía, ante el riesgo de que lleguen a Europa yihadistas por esta vía. «Hay que controlar las personas que pasan por el territorio turco. Sabemos que hay combatientes extranjeros que tienen esa intención y usan esos itinerarios y también hay terroristas que podrían infiltrarse», dijo Hollande a su salida de la cumbre. En una dura intervención, el presidente francés dijo que «las condiciones no han cambiado» en el proceso de adhesión de Turquía y subrayó que «no hay ninguna razón ni para acelerar ni para ralentizar el proceso». «Las condiciones son las mismas, nada ha cambiado», dijo Hollande en declaraciones a los periodistas a su salida de la cumbre.

Para ayudar a Turquía se pondrán a su disposición los 3.000 millones, aunque «no será una cantidad que se dé sin más, sino que el uso se decidirá en un procedimiento común con Turquía», explicó en rueda de prensa el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. En su intervención, Juncker advirtió de que en sus acuerdos con Turquía no se olvidarán «del respeto a los Derechos Humanos», sobre lo que se trabajará en otras reuniones. «El dinero no llegará directamente a las arcas del Estado turco sino que será para los refugiados sirios», insistía el primer ministro turco, quien centró su discurso en la solidaridad que ya proporciona su país a los demandantes de asilo y que prevé seguir ofreciendo.

La UE se comprometió a proporcionar asistencia humanitaria «inmediata y continua» a Turquía, con el incremento «significativo» de su apoyo financiero. «Como Turquía acoge a más de 2,2 millones de refugiados sirios y ha invertido 8.000 millones de dólares estadounidenses, la UE subraya la importancia de distribuir dicha carga en el marco de la cooperación entre Turquía y la UE», añade el texto pactado.

Por su parte, Turquía intensificará, por un lado, su colaboración con la UE para que aquellos inmigrantes que no tengan derecho a solicitar asilo puedan ser retornados a sus países de origen y, por otro, se ha comprometido a mejorar las condiciones en las que viven los sirios en el país de forma temporal. «Ambas partes subrayaron su compromiso compartido para tomar acciones decisivas y rápidas para mejorar la lucha contra las redes criminales de contrabando», señalan las conclusiones. Además, se celebrarán dos cumbres de alto nivel cada año entre la UE y Turquía.