Estados Unidos

Los cubanos miran hacia Trump para castigar el deshielo

Los candidatos a la Casa Blanca centran sus esfuerzos en el decisivo estado de Florida, donde se concentra el voto latino.

Trump abraza la bandera de EE UU a su llegada a Tampa (Florida)
Trump abraza la bandera de EE UU a su llegada a Tampa (Florida)larazon

Los candidatos a la Casa Blanca centran sus esfuerzos en el decisivo estado de Florida, donde se concentra el voto latino.

Florida es uno de los estados esenciales en la carrera hacia la Casa Blanca. Con sus 29 compromisarios, es el más relevante de los denominados «swing states», es decir, aquellos cuyo voto no está decidido por uno u otro partido. Por añadidura, reúne una notable concentración de hispanos. En Miami, su ciudad más conocida aunque no la más importante, el 50% de la población es cubana, distribuyéndose la otra mitad entre otros grupos hispanos, negros y los denominados popularmente anglos.

Pero Miami no es Florida ni Florida es semejante a otros estados con amplia población latina como Arizona, Texas, California o Nuevo México. En primer lugar, está la distribución por grupos. Florida, en realidad, parece dos estados. La zona norte de la península apenas muestra diferencias con otros estados del «Deep South» como Georgia, Mississippi o Carolina del Norte. Mayoritariamente, su población es anglo, conservadora y tendente a votar republicano. En el sur de Florida los hispanos sí son mayoría aunque sigan existiendo grupos relevantes como los anglos, los negros o los judíos. Pero incluso los hispanos son distintos de los de otros estados. En términos generales, la aplastante mayoría de los hispanos que vive en Estados Unidos –80%– son de origen mexicano y los cubanos, centroamericanos, venezolanos e incluso puertorriqueños constituyen minorías menos relevantes. El sur de Florida es diferente. Los mexicanos son muy escasos y la hegemonía cubana resulta innegable, aunque en los últimos tiempos se haya visto desafiada por la llegada de los que huyen del chavismo venezolano.

¿Por quién van a votar los distintos grupos? Los negros, de manera mayoritaria, otorgarán su voto al Partido Demócrata. Así ha sido desde los años 60 del siglo pasado y nada hace prever el menor cambio. Por supuesto, algunos especialmente conservadores puede que entreguen su voto a Donald Trump, que ha repetido los guiños hacia ellos, pero lo más lógico es que Hillary se imponga. Sucederá lo mismo entre los judíos. Los «lobbies», los magnates y los artistas judíos la apoyan de manera abierta, pero además tradicionalmente han votado demócrata. El aserto popular afirma que «los judíos americanos ganan dinero como protestantes, pero votan como puertorriqueños».

El voto hispano estará más dividido. Aquellos segmentos que reciben una mayor cobertura social muy posiblemente se inclinarán por Hillary. Será el caso de puertorriqueños o dominicanos a los que el Partido Demócrata cultiva cuidadosamente. Cuestión diferente puede ser la de venezolanos y cubanos. Los venezolanos a los que Clinton recuerda a la izquierda o consideran a Obama débil frente a Maduro entregarán su voto a Trump, pero aquellos que ven en el candidato republicano reflejos del autoritarismo de Hugo Chávez se inclinarán por la demócrata. El caso de los cubanos parece más fácil de predecir. Desde el fracaso de la expedición de Bahía Cochinos contra el régimen castrista, se han manifestado de manera mayoritaria contrarios al Partido Demócrata. Trump desagrada a no pocos de ellos, ya que ha sido crítico con la inmigración hispana, pero, a pesar de todo, la mayoría se inclina por otorgarle el voto por varias razones. La primera es que, en general, el votante cubano aborrece a Hillary, a la que identifica con los demócratas, con Obama y con el pacto con la dictadura castrista. Antes que ella cualquier opción parece aceptable. La segunda es que los cubanos disfrutan de un status privilegiado en relación con otros inmigrantes. Gracias a la denominada ley de ajuste cubano, cualquier persona de esta nacionalidad que pisa territorio norteamericano recibe inmediatamente la residencia, algo que otros millones de inmigrantes llevan esperando años. Mientras la ley siga vigente, las palabras de Trump poco o nada les afectan.

Finalmente, un porcentaje muy elevado de esos cubanos considera también que la inmigración debe restringirse. Como alguno reconoce, una vez que ellos están dentro no hay por qué mantener las puertas abiertas. Mayoritariamente, los cubanos, especialmente los de cierta edad, votarán a Trump o, a lo sumo, se abstendrán. Por eso, Trump se concentra esta semana en Orlando, donde los hispanos no son mayoritariamente cubanos y deben ser convencidos y en una Tallahassee, la capital del estado, donde el voto anglo es decisivo. Es ese voto anglo el que Hillary le disputa en su visita a Coconut Creek. Con ese panorama, puede entenderse por qué Florida es un escenario más que reñido, ya que muy pocos votos de distancia pueden entregar la llave de la Casa Blanca a Clinton o Trump. Así ocurrió en 2000 con George W. Bush.