Venezuela

Venezuela vota y sigue en resistencia.

Estefanía Parra Anselmi *
Estefanía Parra Anselmi *larazon

Los venezolanos atraviesan la peor crisis de su historia, padecen diariamente de hambre, delincuencia, crisis humanitaria, colapso de los servicios públicos, hiperinflación y persecución por motivos políticos que hacen insoportable la existencia de millones, consecuencia de un modelo fracasado, corrupto e ineficiente, un estado criminal encabezado por Nicolas Maduro que intenta aferrarse al poder pese a toda legalidad y a la ya irreversible vocación de cambio de la inmensa mayoría del pueblo que se estima, según los últimos estudios de opinión, en más de 90% y que puede evidenciarse el próximo domingo.

La sociedad venezolana y su dirigencia política ha decidido enfrentar y derrotar al régimen en todos los escenarios de lucha democrática, asumiendo costosos riesgos, muchas veces impagables como es el caso de la pérdida de vidas humanas en manos de la brutal e injustificada represión de los cuerpos de seguridad del Estado.

Los terrenos de lucha que se ha propuesto transitar la oposición venezolana son el apoyo internacional, la manifestación y el voto. Todos suponen un trabajo arduo de organización y resistencia hasta conseguir el objetivo de lograr el cambio político, superar la adversidad y reconstruir a Venezuela por la vía institucional y democrática.

Los demócratas de Venezuela y el mundo reconocen la importancia y complejidad de los próximos comicios electorales para elegir a gobernadores en ese país, se trata de un proceso electoral que había sido negado por las autoridades en los tiempos que correspondía según la constitución y que finalmente resulta su celebración de una conquista ciudadana.

Se presenta de esta forma un nuevo espacio para protestar, castigar y enfrentar al autócrata fortaleciendo el cambio y la unidad, una oportunidad para evidenciar una vez más que Venezuela tomó la decisión de cambiar y que nada va a detenerla, confirmar al mundo que el gobierno es minoría y que debe continuar la presión internacional ante la ruptura de orden constitucional, la violación de los derechos humanos y la vulneración de principios democráticos. El Madurismo así lo reconoce es por ello que ha sido incipiente en llenar el camino de obstáculos, trampas y triquiñuelas en su intento por reducir los costes políticos de la elección, propiciando la confusión, la desesperanza y el abstencionismo con lo que resultaría menos lesionado al final de este proceso electoral.

Hace poco más de dos meses se instaló el tema de las votaciones regionales en la opinión pública, desde entonces se han denunciado las irregularidades en que ha incurrido el gobierno a través de sus órganos para la normal realización de las mismas, inicialmente jugaron a su favor con la definición de la fecha, apelaron a la eliminación de adversarios regionales por medio de la prisión, el exilio forzado y la inhabilitación política; impidieron la sustitución de candidaturas del tarjetón electoral luego que la alianza opositora unificará sus candidatos en un proceso de elecciones primarias, eliminaron la tinta indeleble y por último en el más desesperado arrebato han decidido modificar centros de votación en donde la oposición ha ganado históricamente, todo esto en clara violación a los derechos políticos de todos. El gobierno sabe que su salvación es la abstención y también sabe que la participación va en aumento según las encuestas y pretende entonces modificar las reglas del juego para que la gente no vote.

La Mesa de la Unidad democrática tiene el reto no solo de superar todos estos obstáculos, sino de ganar con una contundente victoria que le permita disponer de nuevas trincheras de lucha ciudadana desde las gobernaciones, aumentar la presión internacional y fortalecer su figura frente a una eventual negociación para el cambio político.

Estefanía Parra Anselmi * es Responsable de Política Internacional del Partido Voluntad Popular