Jorge Javier Vázquez

Terelu busca reinventarse para pagar sus deudas

La supresión de «¡Qué tiempo tan feliz!» le hará perder unos buenos ingresos.

Terelu busca reinventarse para pagar sus deudas
Terelu busca reinventarse para pagar sus deudaslarazon

La supresión de «¡Qué tiempo tan feliz!» le hará perder unos buenos ingresos.

La supresión del programa «Qué tiempo tan feliz» ha supuesto el mayor desastre económico que se le podía venir encima. Terelu Campos se queda sin un buen trabajo y sin unos ingresos que podrían superar los 6.000 euros mensuales. Y a la vista de sus complicadas circunstancias personales, su problema con Hacienda, sus altos gastos con su rehipotecada casa de la localidad madrileña de Aravaca, y el mantenimiento de dos empleadas del hogar, la situación se torna angustiosa. Una persona cercana a la periodista, que trabaja con ella en «Sálvame Diario», desvela a LA RAZÓN que «Terelu se puso a llorar al enterarse de que cancelaban el programa materno. No se lo esperaba, confiaba en que seguirían adelante, aunque solamente se emitiera los sábados, pero las bajas audiencias mandan. No anda bien de dinero y ya tuvo que recortar gastos hace tiempo. Se acabaron las compras masivas de ropa y zapatos. Nadie entiende que se comprara ese triplex de casi 500 metros cuadrados. El tiempo ha demostrado que se dispararon los gastos y ha tenido que rehipotecarlo varias veces. Y cuando no tienes un trabajo bien amarrado o un sueldo fijo estratosférico no es bueno meterse en tantos berenjenales económicos». Su madre está ahí, como en anteriores ocasiones, para echarle un cable monetario hasta que la hija encuentre nuevos ingresos. No sería la primera vez ni la última.

María Teresa Campos ha salido mejor parada porque en Telecinco le han ofrecido presentar otro programa, pero con distintas características que «QTTF». En algunos medios se deja entrever que ese nuevo producto estaría relacionado con la crónica de sucesos. Sin embargo, no vemos a la ex reina de las mañanas encajando en algo así. A ella le gustaría más un programa de entrevistas, del estilo del que conduce Bertín Osborne en la misma cadena, pero el hueco lo llena, y con mucho éxito, el cantante. Así pues, cabría la posibilidad de decantarse por otro del estilo del de Risto Mejide en Cuatro, aunque es evidente que la Campos no es de las que realizan entrevistas tan punzantes e incisivas.

Otra víctima colateral de la supresión de «QTTF» es el novio de María Teresa, el humorista y cantante Edmundo «Bigote» Arrocet, quien colaboraba con un número musical cada semana. Todo quedaba en familia: madre, hija y novio en el mismo paquete. Las malas lenguas piensan que la veterana periodista está escarmentada con las presuntas andanzas mujeriegas de su pareja y mandó que le contrataran para tenerle con ella hasta los fines de semana. Los celos, por mucho que intente ocultarlos a los ojos del mundo, pueden con ella.

Hay que reinventarse o, por lo menos, eso cree Bigote, quien vuelve al mundo de la canción tras muchos años de ausencia, con un disco que saldrá al mercado en mayo con canciones pop y alguna ranchera. Y una gran sorpresa: María Teresa hará con él dos duetos. Dicen que se le dan muy bien los ritmos mexicanos, que le gusta cantar con su novio en casa. Una persona que les ha escuchado imitar al dúo Pimpinela, alaba «la voz de María Teresa». Y como ahora hay tantos adelantos para grabar discos, seguro que le «arreglan» convenientemente la voz para debutar como cantante junto a su pareja.

Esta tarde se emitirá el penúltimo capítulo del «reality» de las Campos y el sábado siguiente el último. El 1de abril, si no surgen problemas, se ofrecerá el programa de despedida de «QTTF», por el que pasarán muchos de los colaboradores que han intervenido en este espacio en los ocho años que ha estado en antena. María Teresa ha dicho a sus íntimos que «va a ser un día muy triste porque hemos pasado muy buenos momentos». La misma Terelu confesó que «mi madre se siente muy mal», refiriéndose al adiós inesperado de un programa que controlaban ambas con «mano de hierro». Pero no descubría cómo se siente ella. Le cuesta demostrar sus flaquezas, aunque la vimos llorar en directo cuando Jorge Javier Vázquez la defendía de los que creen que Terelu es una «enchufada de mamá Mari Tere».

Parece ser que, en el capítulo que veremos esta tarde, las Campos hacen alarde de su alto tren de vida, incluyendo unas secuencias en las que Terelu aparece tumbada en la cama mientras le caen encima billetes de 100 euros. A sus detractores, que tiene muchos, les ha faltado tiempo para atacarla en las redes sociales. Igual sucede con su madre, a la que contemplaremos con suerte a los mandos de un carísimo Maserati Quattroporte, valorado en unos 100.000 euros y que su dueña ha tenido abandonado en el garaje los últimos años porque ya no conduce y se desplaza en un Audi de alta gama que conduce su chófer.

Un trabajador de Telecinco que ya ha visto el capítulo cree que «los espectadores van a alucinar con los lujos de esta familia y más cuando se hace alarde de ellos. Entre la crisis y la desesperante situación económica de Terelu, que en estos momentos presuma de sus caros caprichos, parece inadecuado. Y lo mismo pasa con su madre. La otra hermana es más discreta, pero también es verdad que gana mucho menos dinero que ellas. En cuanto a Edmundo, «sus negocios no son tan boyantes como se piensa y que el alto sueldo que recibía por colaborar con su novia le venía muy bien. Claro que, en la casa de María Teresa no se gasta un euro, siempre está a mesa servida».

Una amiga de Terelu afirma que «a ella le gustaría vender su triplex para irse a un piso más pequeño y así disminuir los gastos, pero las rehipotecas son muy altas y sus gastos mensuales excesivos. Cuando descubrimos que quería comprar ese inmueble le advertimos de que lo que parecía un chollo se podría convertir en un infierno y no nos hizo caso. Ahora está pagando las consecuencias».

También María Teresa quiere deshacerse del ático que adquirió en la misma urbanización de su hija, pero pide por él un precio muy elevado y le está resultando bastante complicado que alguien se interese en comprarlo. El mercado inmobiliario empieza a recuperarse, pero no hasta el punto de que sea fácil vender propiedades que superan el millón trescientos mil euros.