Díaz sigue al margen del bloqueo del PSOE a la investidura de Rajoy

El portavoz de la Junta, tras la primera reunión del Consejo de Gobierno posvacacional, dice que es «patético» pedirle a Susana Díaz que «influya o modifique» la posición socialista

Reclamar a Susana Díaz que «influya o modifique» la postura del PSOE en el debate de investidura de Mariano Rajoy es «patético» según el portavoz del Ejecutivo andaluz, Miguel Ángel Vázquez. Al menos si la petición viene desde el presidente del PP-A, Juanma Moreno. Díaz, que reunió ayer a su Consejo de Gobierno tras las vacaciones de verano para trasladar la imagen de que su Ejecutivo está centrado en Andalucía, no habló, pero sí lo hicieron dos de sus personas de confianza: Vázquez en la rueda de prensa posterior a la reunión de los consejeros en San Telmo y el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista Mario Jiménez.

El mensaje que se traslada desde el Gobierno regional y desde el PSOE andaluz es el mismo que tras las segundas elecciones: no interferirán en la decisión que tome el secretario general del PSOE Pedro Sánchez, por mucho que públicamente se defienda que el partido debe rearmarse en la oposición. El problema es que para que exista oposición debe primero constituirse un Gobierno y sin la abstención de los socialistas resulta muy complicado que Rajoy reúna los apoyos necesarios. Aún así, Díaz prefiere mantenerse al margen.

El portavoz del Ejecutivo andaluz rescató el «bloqueo» que sufrió Díaz tras las elecciones autonómicas de 2015 para desentenderse de la crisis institucional del país y calificó como «patético» que Juanma Moreno, «que mantuvo durante 80 días el bloqueo en Andalucía, pida ahora a la presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, que influya o modifique la posición que mantiene el PSOE».

Desde el Grupo Parlamentario se insistió en el mismo mensaje, trasladando la responsablidad de la falta de acuerdos al PP. Según Jiménez, a los populares «les está sobrando soberbia» y «les está faltando capacidad de diálogo»

La «responsabilidad» es del PP porque «ganaron las elecciones» y «no hay otra alternativa para conformar una mayoría estable» que garantice después la gobernabilidad en «un momento tan complicado», aseguraba el portavoz del PSOE en la Cámara andaluza. La cuestión es que si los socialistas no tienen intención de liderar una alternativa a Rajoy, si éste fracasa, la única opción sería volver a las urnas o contar con la colaboración del partido que lidera Pedro Sánchez.

La ausencia de Gobierno afectará a todas las instituciones del Estado y, por tanto, también tendrá consecuencias en la Junta de Andalucía. La más inmediata es la dificultad para avanzar en los presupuestos de la administración regional de 2017, como se ha ido encargando de recordar en las últimas semanas la consejera de Hacienda y Administración Pública, María Jesús Montero. Este hecho tampoco pasó inadvertido en la primera reunión del Consejo de Gobierno. El portavoz de la Junta admitió la «preocupación» existente «por la consecuencias directas que tiene en la gestión» ya que es necesario conocer «qué cantidades vamos a recibir a cuenta para poder elaborar el presupuesto autonómico del próximo año».

La «estabilidad» del Gobierno de Susana Díaz tampoco está garantizada. El acuerdo de investidura con Ciudadanos permitió desbloquear la situación para su acceso a la Presidencia. Las dos formaciones también pactaron los actuales presupuestos y tendrán que volver a negociar para el ejercicio venidero. El partido que lidera Juan Marín pretende incluir una nueva bajada del IRPF en las cuentas de 2017. El Estatuto de Autonomía fija el 31 de octubre como fecha límite para que el Consejo de Gobierno remita las cuentas al Parlamento.

En este sentido, la Junta confirmó ayer que «por respeto institucional» esperará a que se celebre el debate de investidura previsto en el Congreso la próxima semana para, con un gobierno nuevo o con el gobierno en funciones, pedir que se convoque el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) porque «el resto de administraciones tenemos que seguir trabajando».

El presupuesto autonómico depende fundamentalmente de las entregas a cuenta del Estado y del techo de gasto por lo que la «parálisis» en el Gobierno central afecta a todas las autonomías.