Agricultura

El algarrobo, cultivo autóctono y en vías de extinción

La superficie de cultivo de este árbol ha descendido en la Comunitat un 69 por ciento desde el año 1985. Sus beneficios para la salud y el medio ambiente son múltiples

La falta de rentabilidad y el «boom» urbanístico, dos de las razones del descenso de este cultivo
La falta de rentabilidad y el «boom» urbanístico, dos de las razones del descenso de este cultivolarazon

La superficie de cultivo de este árbol ha descendido en la Comunitat un 69 por ciento desde el año 1985. Sus beneficios para la salud y el medio ambiente son múltiples

El único cultivo verdaderamente autóctono de la Comunitat Valenciana, que existía hace ya miles de años, antes incluso que los olivos, es el algarrobo. Un precioso árbol, que forma parte del paisaje valenciano, aunque cada vez ha ido pasando más desapercibido. Sería de extrañar que la figura de este vegetal no estuviera en el imaginario infantil de cualquier valenciano.

Lamentablemente cada vez son menos. De hecho, la superficie de cultivo de este árbol en la Comunitat ha descendido entre 1985 y 2009 en 46.000 hectáreas, un 69 por ciento, siendo en la autonomía en la que mayor bajada se ha producido. No obstante, con 20.000 hectáreas de cultivo, seguimos siendo los principales productores de este fruta, la algarroba, seguidos de Cataluña y Baleares.

En otros tiempos, estas tres regiones producían y distribuían el 90 por ciento de todas las cosechas de algarrobo del mundo. En la actualidad se han sumado nuevos mercados, como Marruecos o Turquía.

La falta de rentabilidad, la transformación en otros cultivos mucho más de moda y, sobre todo, el «boom» urbanístico que ocupó miles de hectáreas de cultivos de todo tipo, han ido mermando la presencia de estos árboles, tal y como explica uno de los técnicos de La Unió de Llauradors, Ferran Gregori, experto en este cultivo. «La algarroba no era el cultivo principal de ninguna familia, sino que era el cuarto o el quinto, así que si había que prescindir de alguno se hacía del algarrobo».

Cientos de usos

Gregori explica que este árbol tiene una función medioambiental básica, puesto que es un indicador climático. Allí donde están estos árboles, no hay heladas, por lo que se pueden plantar naranjos. Un indicador económico, natural y muy efectivo.

En cuanto a sus usos, hay cientos. Si bien el más conocido e histórico es el de alimento para los animales de arado en el campo, en la actualidad se utiliza mucho también en las comidas para humanos. La harina de algarrobo es muy sana debido a su elevado aporte de nutrientes y fácil digestión. «Para los niños es un alimento fundamental», explica Gregori, quien añade que lamentablemente sigue siendo difícil de encontrar en las tiendas habituales.

Pero incluso la utilidad como pasto animal se está recuperando. Según explica el técnico de La Unió, todas las vacas de centroeuropa eran alimentadas con algarrobas valencianas, hasta que hace unos años se les cambió la comida. Desde entonces, estos animales padecen de flatulencia -lo cual no es ninguna banalidad. Basta con recordar el nivel de contaminación que hay en esta parte del mundo debido al metano por las ventosidades de las vacas-. Así que se les está volviendo a incorporar la algarroba en la alimentación.

Se trata de un cultivo tan importante que desde La Unió de Llauradors se ha puesto en marcha el proyecto Garrofa Viva, una iniciativa que pretende promover la recuperación de estos árboles en los campos de la Comunitat. El proyecto se presentó ante la Conselleria de Agricultura, aunque por el momento, explica Gregori, no ha recibido ningún tipo de iniciativa.

En la declaración que se aprobó con la presentación del proyecto se explicaban algunos de los valores de este árbol, como por ejemplo los ambientales. Entre ellos, su capacidad para mitigar los efectos del cambio climático gracias a su papel como sumidero de CO2 y capacidad para prevenir la erosión, la desertización, las inundaciones o los incendios forestales.

De hecho, su resistencia a la sequía hace del algarrobo una especie valiosa para la recuperación de zonas degradadas. Por otro lado, la algarroba tiene propiedades saludables y dietéticas muy interesantes, como por ejemplo la ausencia de gluten (apta para celiacos), y la belleza de su paisaje también está aconteciendo un recurso de atractivo turístico.

El objetivo de Garrofa Viva es revitalizar el sector de la algarroba a través de varias vías: la económica, la investigación, la ambiental, la turística -rutas y gastronomía- y la vertiente vinculada a la salud, a través de la promoción de una dieta saludable, sostenible y de productos próximos de nuestra tierra. Se plantea promover acciones con objeto de conseguir la viabilidad económica del cultivo de la algarroba, así como también la actividad comercial de los productos vinculados a este fruto. Asimismo, se propone impulsar y apoyar las iniciativas de investigación en la vertiente agrícola.