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Dos adolescentes mueren al caer por el hueco de un ascensor en Madrid

Tenían 17 años y cayeron al vacío desde un noveno piso en el barrio de Salamanca. Iban a celebrar el fin de curso en el ático del inmueble, donde vivía una de ellos.

Los servicios de emergencia en el lugar del suceso
Los servicios de emergencia en el lugar del sucesolarazon

Tenían 17 años y cayeron al vacío desde un noveno piso en el barrio de Salamanca. Iban a celebrar el fin de curso en el ático del inmueble, donde vivía una de ellos.

El juez de instrucción número 23 de Madrid ha abierto diligencias previas para investigar la muerte ayer de los dos jóvenes de 17 años tras desprenderse parte de un ascensor en el distrito de Salamanca, han informado a Europa Presos fuentes jurídicas.

El instructor ha solicitado el informe de las autopsias de los cadáveres de los chavales, cuyos cuerpos están en el Anatómico Forense después del suceso de ayer en el edificio del número 4 de la calle Hermanos Bécquer. Además, esta a la espera de que lleguen los atestados de lo sucedido.

Las mismas fuentes han indicado que la investigación será compleja dado que es un tema que requerirá de muchas pruebas periciales porque hay que averiguar que pudo suceder para que se desprendiera parte del ascensor y los menores cayeran al vacío.

La tragedia golpeó ayer el exclusivo barrio de Salamanca de la capital y lo hizo llevándose dos vidas de 17 años por delante. Un chico y una chica fallecieron al caer por el hueco del ascensor desde la altura de un noveno piso. El suceso ocurrió en el número 4 de la calle Hermanos Bécquer a eso de las 16:45 horas de la tarde. Al parecer, la fallecida, residente en el inmueble, iba a celebrar una fiesta en el ático del mismo –de uso común– para festejar que ya habían terminado los exámenes de fin de curso y la mayoría de ellos ya se separaban para comenzar distintas carreras universitarias después de muchos años compartiendo pupitre. Los chavales estudiaban segundo curso de Bachillerato en el colegio Nuestra Señora del Recuerdo, situado a apenas 10 minutos en coche, en el distrito de Chamartín.

A esas horas, esta joven, que hacía las veces de anfitriona, subía junto a otro amigo hasta la zona donde iba a dar lugar la celebración cuando, a la altura del noveno piso, el suelo del ascensor se hundió y los menores cayeron al vacío.

Desde fuera, se escuchó un gran estruendo y enseguida comenzaron a bajar otros chavales de edad similar, probablemente amigos de las víctimas, gritando y muy alterados. «¡El cristal, se ha caído! ¡Se han caído ellos!», gritaban, según explica uno de los empleados del cercano establecimiento hostelero Food and Drinks. Y es que, el ascensor siniestrado era acristalado, según confirmó ayer una vecina del mismo inmueble, y de la marca ThyssenKrupp, según fuentes policiales. Una de las paredes acristaladas también se desprendió al vacío, según estas mismas fuentes.

Hasta el lugar de los hechos se desplazaron de forma inmediata los efectivos de Emergencias-Ayuntamiento de Madrid y varias unidades de la Policía Nacional, que se han hecho cargo de la investigación del suceso. Concretamente llevan el caso los agentes de la Policía Judicial de la comisaría del distrito de Salamanca, aunque la inspección ocular se realizó por parte de los profesionales de la Brigada Provincial de Policía Científica, que trataban de determinar las causas del mismo.

Por su parte, los sanitarios del Samur sólo pudieron confirmar la muerte de los menores y apenas tocaron los cuerpos a la espera de la llegada de los investigadores y la comisión judicial que autorizara el levantamiento de los cadáveres. Sus cuerpos rescatados por los Bomberos fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense para realizarles sendas autopsias que concretarán las circunstancias del óbito.

Los facultativos médicos del Ayuntamiento de Madrid también tuvieron que atender por crisis de ansiedad a los amigos de las víctimas que, desolados, no podían creer lo sucedido. También fueron llegando al lugar los familiares de las víctimas y del resto de menores afectados.

Así, las escenas de dolor se fueron sucediendo a lo largo de la tarde en este céntrico barrio de Madrid. Aunque el Samur instaló un hospital de campaña para atender a las víctimas de crisis nerviosas más tarde, la sede de BNP Paribas, situada justo enfrente del inmueble de la tragedia, se ofreció como lugar de encuentro para los familiares, que seguían llegando al lugar hasta última hora de la tarde.

El portero de una finca cercana confirmó ayer que el edificio había sido remodelado hace poco y esas obras habrían concluido hace apenas unos meses. Por su parte, desde la Consejería de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid, concretamente en la Dirección General de Industria, comprobaron ayer que la finca había pasado las inspecciones obligatorias que las comunidades de vecinos con ascensor están obligadas a pasar cada cuatro años. El inmueble contaba con dos elevadores: uno para el personal de servicio y otro para los inquilinos. El ascensor siniestrado había pasado las inspecciones obligatorias y se le había realizado el mantenimiento el pasado mes de abril, según informaron a este diario fuentes de la Comunidad de Madrid.

Según las mismas, el aparato había pasado la inspección periódica (cada cuatro años) en agosto de 2015 y ésta resultó favorable. Además, el pasado mes de abril se le había realizado el mantenimiento. Así, será la Policía la que determine qué pudo ocurrir y si la tragedia se podía haber evitado de alguna manera ya que, a la vista de los hechos, el «ok» de un especialista no es garantía de seguridad.

Un vecino de la zona comentó al respecto que la rehabilitación que se hizo no fue del agrado de los vecinos porque fue de «mala calidad» y, de hecho, aseguró que hace un par de meses se cayó un trozo de una de las cornisas del piso de arriba y pasaba un hombre por debajo.