Madrid

Un «selfie» en el camerino, punto de partida de la investigación del robo de joyas en los Goya

Robo de joyas en los premios Goya. La Policía estrecha el círculo de sospechosos ya que la puerta no se forzó

Las joyas, en una esquina
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Un «selfie» realizado en el camerino de donde se produjo el robo de joyas de la última gala de los Premios Goya, es uno de los hilos de los que la Policía está tirando para avanzar en la complicada investigación que tienen por delante. Las valiosas piezas de la marca Suárez se encontraban guardadas en cajas en el camerino de la imagen, situado en la zona de «backstage» del auditorio del hotel Marriott, donde se celebró la entrega de premios el pasado sábado. Concretamente, se encontraban en unas cajas en la esquina derecha de la imagen, al lado del perchero del fondo. Ahí se ve una mesa con un monitor y unas bolsas debajo. Es en ese lugar donde, según una de las encargadas de vestuario que habló con un agente el día de la desaparición, se encontraban los casi 30.000 euros en joyas que el o los autores de los hechos se llevaron de este cuarto. Se trata de un anillo, unos pendientes y unos gemelos valorado en 29.240 euros, según especificaron en la denuncia interpuesta en la comisaría de Policía Nacional de San Blas, donde llevan la investigación del caso.

Al parecer, el famoso «selfie» con el que trabajan los investigadores habría sido colgado en la red después de la gala, ya en la madrugada del domingo, sobre las 3:00 horas. Sin embargo, este dato no sería de gran ayuda para que los agentes puedan acotar un poco la franja en la que se produjo (la organización del evento explicó en comisaría que podía haber sido desde las 22:00 horas del sábado, cuando arrancó la gala, hasta las 10:00 horas del lunes, cuando volvieron a recoger los enseres; una horquilla demasiado amplia todavía) ya que la foto pudo tomarse en cualquier momento y subirse a Instagram horas más tarde. Otro de los hándicap de esta investigación es que, según adelantó ayer este diario, no hay cámaras de videovigilancia instaladas en el pasillo donde se encuentra el camerino de los hechos. Sí hay en otras zonas del auditorio y, de hecho, los agentes están trabajando con imágenes, según fuentes policiales. Además, se da la circunstancia que en ese pasillo hay otro cuarto más y unos baños, por lo que el trasiego de gente saliendo con bolsas, maletas y todo tipo de bultos es importante en las horas posteriores a la gala.

Otra de las líneas que siempre siguen los investigadores es la toma de declaración a los testigos de relevancia. Estas personas las filtran a partir del listado general proporcionado por la Academia de Cine –organizadora del evento– sobre las personas acreditadas para acceder a esa zona o que en algún momento pudieron entrar allí. Y es que se descarta casi por completo la teoría de que una banda especializada se colara ese día en la gala para hacerse con las valiosas piezas de joyería. Esto se deduce de los resultados proporcionados por la Policía Científica tras analizar el lugar de los hechos. La puerta no había sido forzada, por lo que estaríamos hablando un hurto y no un robo con fuerza, a no ser que se utilizara una llave falsa.

Los investigadores también podrían estar tanteando ya a algunos «conocidos» receptadores de Madrid, por si los cacos «amateur» hubieran tratado de vender ya las joyas en el mercado negro. En el caso de que traten de hacerlo en un futuro, es probable que sean detenidos de inmediato.

Las joyas, en una esquina

Las redes sociales se llenaron de imágenes de la trastienda de la gala desde el sábado por la mañana. Muchas profesionales encargadas del vestuario se fotografiaron en el camerino de la imagen. Ahí, a la derecha del perchero del fondo, detrás de la tabla de planchar, estaban las joyas sustraídas, según confirmó una testigo a la Policía. En la imagen de la derecha, otra estilista colgó la fotografía de algunos pendientes que la marca Suárez cedió esa noche.