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Sal en la herida; por Tomás Cerna

La Razón
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Con un movimiento de su poderosa pluma, el magistrado Juan Antonio Calle insultó a mi madre y a todas las madres de Sevilla. Insultó a todas las madres de los niños que fueron asesinados y a todos los que buscaban un cierto sentido de la Justicia. Algunas de estas madres se reunieron con la mía y mi familia porque desearon formar un frente unido contra un sistema que las había insultado en el pasado. Era su esperanza: que una decisión justa en nuestro caso fuera algo atribuible a su ayuda. Una gran demostración de lo que pueden lograr pequeñas acciones. Desafortunadamente, Juan Antonio Calle no sólo destruyó la esperanza de mi madre, también destruyó las esperanzas de esas mujeres. La decisión de Juan Antonio Calle de reducir la pena de Antonio Gordillo de 20 a 19 años ha destruido totalmente a mi madre, ya muy dolida al no considerar el jurado el sufrimiento que se infligió a Laura. Calle echó sal en la herida al entender que Gordillo actuaba de una manera humana al confesar a la Policía dónde estaba el cuerpo que había desmembrado. ¿Tiene él alguna compasión con una familia destruida? Si le hubiera sucedido a su hija, ¿él habría tomado la misma decisión? Ninguna persona con esa autoridad que demuestre tal insensibilidad merece la posición que ostenta con tanta arrogancia. ¡Su propia madre debe estar avergonzada!

El señor Calle debe explicarse ante mi familia y todos los ciudadanos de Sevilla que creen en la compasión, la Justicia y la verdad. Invito a los ciudadanos de Sevilla y de España a expresar su ultraje sobre esta atrocidad. Juan Antonio Calle debe ser cesado por su indiferencia. Comiencen una petición, recojan las firmas. Sé que no descansaré hasta que se haya corregido esta indecencia final.

(Tomás Cerna es hermano de Laura Cerna)