Política

Francisco Marhuenda

La moda de Ciudadanos

La Razón
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Hace no demasiado tiempo, UPyD estaba de moda. El tiempo ha pasado muy rápido y todo parece indicar que tendrá un resultado electoral desastroso. Rosa Díez jugó mal la partida con Albert Rivera, que apareció como el colega simpático y enrollado mientras que su rival despertó la antipatía de los medios de comunicación. Todos aquellos que en la izquierda y en la derecha quería desalojar al PP y Rajoy del poder querían la unión. Díez se equivocó al expulsar a Francisco Sosa Wagner, un gran jurista y excelente persona, como si fuera un paniaguado. El prestigioso catedrático de Derecho Administrativo se fue con la elegancia que le caracteriza y renunció al acta de eurodiputado. Díez se comporta en UPyD como si fuera una señora feudal y trata con displicencia a los críticos. Se ha equivocado, porque un partido no es una empresa familiar. Otra cosa distinta es que Rivera sea el bueno de la película, porque la realidad es que supo llevar con gran acierto a Díez a su terreno y le ganó por goleada. No estamos ante una película B del oeste con buenos y malos. Nada más alejado de la realidad. Es la dura y descarnada batalla política donde ambos partidos querían ocupar el mismo espacio y realmente ninguno de sus dos líderes quería llegar a un pacto de integración. Ciudadanos ha cometido el error de instalarse en una indefinición tactista para abarcar el máximo de electorado en el menor tiempo posible. Es un terreno movedizo que le conduce a la indefinición ideológica y a hacer listas en municipios y autonomías sin preocuparse por indagar sobre la trayectoria de los candidatos. Se ha convertido en una formación de aluvión donde se han incorporados personas rebotadas, sobre todo, de UPyD, PP y el PSOE. No es UCD o el CDS, porque no sabemos muy bien cuáles son sus líneas ideológicas más allá de repetir tópicos para despertar simpatía en el electorado. No hay consistencia ideológica, lo que no significa que pueda llegar a tenerla. La división izquierda y derecha no está superada en ninguna democracia. El sistema electoral también condiciona, pero el nuestro ha dado una estabilidad que ha producido el mayor periodo de crecimiento económico y desarrollo social de la historia de España. No hay que olvidar que la estabilidad institucional ha sido clave en este proceso que hemos vivido desde la Transición hasta nuestros días. Otro problema de Ciudadanos es el hiperliderazgo de Rivera. A día de hoy parece que sea el único candidato en todos los municipios y autonomías donde presenta listas. Es el mismo error que cometió Rosa Díez, que se veía a sí misma como un líder providencial e inmaculado aunque cabe recordar que todas las preocupaciones que mostró desde la fundación de UPyD no las había expresado nunca antes mientras fue una destacada dirigente socialista. Rivera tiene la ventaja de que su pasado político se circunscribe a estar en la oposición en el Parlamento catalán.