Selección Española

La pamela

La Razón
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Así como el regreso de Fernando Hierro a la Dirección Deportiva de la Federación Española de Fútbol es un acierto, si al final se consuma –con él en ese puesto la Selección ganó una Eurocopa y un Mundial–, ya no estoy tan seguro de que sea conveniente recurrir a Pamela Anderson si en alguna de las playas del Cabo de Gata sufro un percance. Se entera de que soy madrileño y no me salva ni la familia que tengo en Sabadell. Allí tumbado, exangüe sobre la arena, es muy capaz de ahogarme en lugar de proceder con la respiración artificial. Como Julian Assange y Yoko Ono, se ha pronunciado: «Los catalanes se han sentido reprimidos mucho tiempo. Tenían que hacer algo»... Y se han ido a dar la vara a Bruselas.

Recuperar a Hierro para la causa de la Selección es una buena noticia. Y necesario para reducir el ruido en la RFEF, amortiguado por el proceso catalán y reanimado con los colores de la camiseta. Al presidente en funciones no le permiten los jugadores entrar en el vestuario y Villar no dimite. Es más, piensa ir a defenderse a la Asamblea de la Federación si cristaliza la moción de censura, que puede presentarse a partir del próximo día 22, con 47 firmas, que deberá validar y custodiar la Junta Electoral.

Larrea dispondrá entonces de 48 horas hábiles para convocar la Asamblea en los siguientes 30 días lectivos. Nos vamos a diciembre, o enero, si el proceso empieza en noviembre. Antes del 24-N, la Abogacía del Estado debería presentar recurso para dejar en suspenso la sentencia de la Audiencia Nacional que elevaba a las 2/3 partes de la Asamblea el voto para la moción. Si hay recurso, bastará con el 50% más uno, es decir, 71 votos en lugar de 94.

Ahora que la Selección va bien, urge elegir un presidente y acabar con este descalzaperros antes de que Pamela Anderson opine sobre el conflicto. El Mundial de Rusia está en juego.