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Carlos Rodríguez Braun

«Penultimátum»

La Razón
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Mientras «The Economist» decía ayer que la posibilidad de ver a Grecia fuera del euro era verosímil, las autoridades europeas advertían a los gobernantes de ese país de que se aproxima la hora de la verdad. Pero de momento no hay nada parecido a un ultimátum digno de ese nombre. Ya veremos el mes próximo. De momento, lo que se ha visto en Riga es un nuevo «penultimámum». Y todos lo saben. Draghi sentenció: «El tiempo se está agotando», pero la verdad es que lo ha ganado, una vez más, el populista Tsipras.

Fue revelador Varufakis con una de cal y otra de arena, como siempre. Dijo por un lado: «Los desacuerdos con nuestros socios no son insalvables» y por otro que no iban a caer en las «trampas de la austeridad». Tramposos son todos, empezando por los griegos, que durante años engañaron con las cuentas públicas, como sus colegas populistas argentinos con las estadísticas de inflación: lo que sea por el progreso y la justicia social, ya se sabe. No hay ninguna «trampa» de la austeridad: lo que hay es un cálculo político conforme al cual a los gobernantes de Atenas les conviene que otros les paguen antes que hacer lo que ellos no quieren hacer: bajar el gasto público.

Son como los de Podemos: más pensiones, ningún desahucio, y que pague otro. Lógicamente, ese otro se resiste en Europa. Y en Grecia, donde está más a mano, clama al cielo. En el paripé, los de Tsipras se dieron cuenta de que los ayuntamientos igual tenían algo de dinero y les forzaron a que lo entregaran al Ejecutivo ateniense. Los alcaldes chillaron, claro. Y la declaración más sarcásticamente tramposa de la semana fue la del mediático Varufakis, que aseguró que los municipios podrán retirar sus depósitos obligatorios en el Banco de Grecia «cuando quieran».