Restringido

Ramón y Cajal, ¿el del hospital?

El primer domingo de mayo, como cada año, se producirá el milagro de San Jenaro en Nápoles. El milagro es idéntico al de San Pantaleón que se produce en Madrid todos los 26 de Julio y consiste en el proceso de licuación de la sangre del santo que se conserva como reliquia. Este hecho tendrá reflejo en los medios de comunicación y volverá a atraer la curiosidad de muchos.

Las vidas de los dos santos transcurren paralelas durante los siglos III y IV y son tantos sus paralelismos, que muchos han llegado a pensar que se trataba de una sola persona.

El físico Henri Broch, en «Los fenómenos paranormales. Una reflexión crítica», intenta dar una explicación científica a este y a otros fenómenos. Por su parte, Luis Garlaschelli, de la Universidad de Pavia, demostró en 1991 que un compuesto formado a base de cloruro férrico y carbonato cálcico se podía licuar a una temperatura ambiental de veinte grados, o cuando se mueve ligeramente el compuesto de textura gelatinosa.

En el año 2012 se publicó una encuesta encargada por el BBVA, «Estudio internacional de cultura científica», elaborada a partir de entrevistas en once países para evaluar los conocimientos científicos adquiridos por la población fuera del sistema educativo.

Los resultados fueron inquietantes, los mejor situados fueron para Dinamarca y Países Bajos, los peores para España e Italia. El 68,0% de los daneses arrojaba conocimientos altos o medios sobre cuestiones científicas frente al 27,2 de los españoles.

Esta semana se ha presentado la VII encuesta de Percepción Social de la Ciencia. Los datos han mejorado respecto al año 2012, el 60% cree que la ciencia es origen de beneficios y no de perjuicios frente al 53% que lo consideraba hace tres años.

Sin embargo, parece increíble que uno de cada cuatro españoles crean que el sol se mueve alrededor de la Tierra, que casi un tercio esté convencido de que los humanos cohabitaron con los dinosaurios, o que muchas personas aún duden de la evolución de los seres vivos.

El proceso de formación y aprendizaje de las personas se produce desde la cuna hasta la tumba, es decir, durante toda su vida. Una parte se adquiere en el sistema educativo, cuyo funcionamiento genera tanta controversia política y social, pero otra fuente importante son los medios de comunicación.

El principal canal de información sobre temas de ciencia es la televisión y, en segundo lugar, el periódico. El seguimiento de los temas científicos es mayor en Dinamarca y Países Bajos y, en el otro extremo, es claramente más limitado en España e Italia. En efecto, el número de españoles que lee noticias o suplementos en los periódicos sobre temas de ciencia y tecnología es la mitad que la media europea.

La mayoría de los consultados sostiene que el número de noticias de ciencia es «insuficiente» en prensa escrita, radio y televisión. España es uno de los países europeos en que menos se informa sobre este tipo de noticias, solo el 23 por ciento de los españoles afirma ver con frecuencia programas de televisión dedicados a temas de ciencia, frente al 41% en la media europea.

Pero los españoles quieren más información, el 60 por ciento considera que el número de noticias sobre ciencia y tecnología es insuficiente.

Una sociedad más formada es una sociedad más fuerte, pero sobre todo es una sociedad más libre. En un mes habrá elecciones y los españoles no van a elegir una opción para gobernar la política exterior o el funcionamiento del Ministerio de Defensa, sino que elegirán a los responsables de la educación y la sanidad.

Los aspirantes deberían llevar al terreno del debate electoral propuestas, no sólo del modelo educativo que proponen, sino del modelo de educación en sociedad y qué papel debe jugar cada poder fáctico en el engranaje social.

Los medios de comunicación no solo deben informar de las corruptelas de los poderosos o los cotilleos de los famosos, por supuesto que eso forma parte de su obligación, pero también deben distribuir parte de su tiempo y su espacio a que España no sea farolillo rojo en conocimiento científico, porque ello es una demanda de los ciudadanos.

La divulgación es un reto inmediato para satisfacer la exigencia de la sociedad, pero también porque va siendo hora de que practiquemos un poco de chovinismo. Claro que eso es muy difícil si solo el 5% sabe quién fue Ramón y Cajal y el 2,5%, Severo Ochoa.