Mensajes equívocos en la despedida de Obama

La última batería de decisiones ejecutivas tomadas por la Casa Blanca está causando perplejidad en amplios sectores de la sociedad norteamericana que no son, precisamente, partidarios de Donald Trump. Nos referimos, por ejemplo, a los últimos acuerdos firmados a la carrera con el Gobierno comunista cubano. Entre otros, los que permitirán al Ejército de Raúl Castro, bajo manto de un servicio de búsqueda y rescate, operar coordinadamente con la Guardia Costera norteamericana e interceptar a los «balseros» que huyen de la isla-prisión. También se ha firmado otro acuerdo sobre telecomunicaciones, que, en realidad, oculta la posibilidad de incrementar el control de internet por parte de La Habana. Pero más dudas ha provocado en los ciudadanos la decisión de Barack Obama de indultar a la soldado Chelsea Manning, autora de las filtraciones de Wiki Leaks, y al general James Cartwirght, que reveló informaciones sobre operaciones secretas en Irán. En ambos casos, muchos estadounidenses se preguntan por qué este cambio de consideración sobre unos delitos contra la Seguridad del Estado que Obama, durante sus dos mandatos, había considerado «imperdonables». En la mente de todos están las acusaciones de parcialidad contra los servicios secretos norteamericanos, que habrían intentado perjudicar la campaña de su rival y próximo presidente, Trump.