Medios de Comunicación

«Hannibal», devorada por la NBC

La cancelación de la serie ha sido traumática para sus seguidores. No es la primera: muchas series han sido maltratadas por las cadenas

Mads Mikkelsen, el protagonista de la serie, ya busca nuevos proyectos
Mads Mikkelsen, el protagonista de la serie, ya busca nuevos proyectoslarazon

La cancelación de la serie ha sido traumática para sus seguidores. No es la primera: muchas series han sido maltratadas por las cadenas

Entre los dramas que viven, y no sólo ven, los amantes de las series se encuentra la siempre inevitable despedida. La definitiva, esa que pone fin a la ficción que has seguido durante un montón de capítulos. El drama se convierte en tragedia cuando ese final llega de forma inesperada, por culpa de la cancelación de la producción. Porque una cosa es que sepas que llega el final, así lo exige el ciclo natural de las series, y otra es que la cadena decida acabar con ella de forma imprevista.

La recién finalizada temporada 2014-2015 ha vivido varias suspensiones, bien por el fracaso de audiencias de las nuevas producciones, bien por la falta de confianza de las cadenas en la serie. Pero la más sonada, y la más sufrida, ha sido la reciente cancelación de «Hannibal» por parte de la NBC después de tres temporadas de emisión. La adaptación televisiva de Bryan Fuller de las historias del siempre temible Hannibal Lecter, no lograba grandes audiencias –apenas llegaba a los dos millones de espectadores, un cifra menor para una cadena en abierto– porque tampoco estaba destinada a todo tipo de espectadores. Pero los que disfrutaban con la serie protagonizada por Mads Mikkelsen y Hugh Dancy eran fieles y constantes seguidores, ansiosos por saber más de la personalidad del doctor. Además, «Hannibal» contaba con el aval de la crítica, que alababa la intepretación de los personajes principales, aplaudía la historia y publicaba extensos reportajes sobre la estética y la gastronomía de la serie.

Ésta no ha sido una cancelación común. A pesar de ser una serie minoritaria, la NBC era consciente de su valor para la crítica y de su éxito en el mercado internacional, ya que se emitía en casi una veintena de países. Los medios norteamericanos señalan como una de las causas de la suspensión de la serie los problemas que tenían para hacerse con los derechos de Clarice Starling. El personaje de Gillian Anderson en la serie fue interpretado en el cine por Jodie Foster y los derechos pertenecen a la MGM. «Hannibal» fue estrenada hace tres temporadas como precuela de «El silencio de los corderos», pero el devenir de la serie le ha llevado a encontrarse con la historia de su predecesora, que se desarrollaría en la próxima temporada. Algo que en el lenguaje televisivo de despachos supone un problema a la hora de explotar los derechos de una producción.

Los actores Dancy y Mikkelsen ya se encuentran buscando nuevos proyectos en los que trabajar, pero Fuller no está dispuesto a dar su brazo a torcer y junto a la productora Gaumont International están buscando un lugar en el que continuar la serie.

¿Seguirá la ficción?

Son muchos los que mantienen la esperanza de que alguna plataforma de streaming con experiencia en la producción de series, como Amazon, Netflix y compañía, se haga con los derechos de «Hannibal» y decida seguir complaciendo a sus fans. Aunque la posibilidad podría verse reducida a una sola plataforma: Amazon, que posee los derechos de emisión en streaming de la producción.

Este posible rescate seriéfilo no sería el primero. «Ripper Street», «Community» o «Arrested Development» son algunas de las series que recientemente han regresado, gracias al interés de las plataformas por rescatar producciones de éxito nacidas en otros canales de televisión.

Si las plegarias de los fans no son finalmente atendidas, y las campañas de internet pidiendo el regreso de la serie no sirven para nada, «Hannibal» pasaría a engrosar la larga lista de series de televisión injustamente canceladas. A pesar de que el inventario de producciones que, dramáticamente, encontraron su final en un despacho y no en la mesa de guionistas puede ser muy subjetivo, hay creaciones que no deben faltar en la programación de un canal. Una de la que más dolió a los espectadores la pasada temporada fue la de «The Divide». Emitida sin pena ni gloria en la filial de AMC, WE tv, la producción creada por Richard LaGravenese y Tony Goldwyn ofreció una brillante temporada en la que dejó multitud de frentes abiertos. Pero la escasa audiencia –por debajo del medio millón de espectadores– que acompañó a este atractivo drama legal puso fin a la historia.

La propia AMC también tiene en su haber una cancelación traumática, que se remonta a los primeros años de la cadena en la ficción televisiva. El adiós de «Rubicon», para muchos, uno de los mejores thrillers sobre espionaje que se han emitido en la televisión, llegó en 2010. Y permanecerá para siempre en la historia de la cadena como la serie que no supieron comprender ni respetar. Porque sus audiencias iniciales fueron discretas, pero no mucho más que las de la posteriormente encumbrada «Breaking Bad».

Otra gran incomprendida fue la serie de HBO «Carnivàle», que está ambientada en la gran depresión que vivió Estados Unidos a finales de los años 20. La producción creada por Daniel Knauf estaba destinada a alcanzar las seis temporadas. Los comienzos hicieron pensar que así sería, ya que en su estreno en 2003 se convirtió en el capítulo más visto de la historia de la cadena hasta el momento. Pero el progresivo abandono de la audiencia y el alto coste de la producción, que se centraba principalmente en un circo ambulante de la época, terminaron con las aspiraciones de Knauf.

Rebelión de la audiencia

En lo que se refiere a la NBC, la cadena que ha puesto fin a «Hannibal», su historial de cancelaciones traumáticas es algo más extenso. Pero aún más curioso resulta el catálogo de «intentos de cancelación», una clasificación en la que destaca «Friday Night Lights». Tras una desastrosa segunda temporada, con huelga de guionistas de por medio, la serie de Peter Berg perdió el aval de la cadena. Los fans, compungidos ante la noticia, se organizaron para enviar de forma masiva bombillas, uno de los emblemas de la serie, a la sede de la NBC. Gracias a un acuerdo con Direct Tv, y ante la abrumadora demostración de apoyo, la serie duró tres temporadas más. Esperemos que en esta ocasión, y teniendo en cuenta todo lo que rodea a la serie de Fuller, no sea necesario que los seguidores tomen medidas tan drásticas.