Ferias taurinas

Jorge Isiegas, una oreja en su debut en Madrid

Jorge Isiegas, en una imagen de archivo
Jorge Isiegas, en una imagen de archivolarazon

El novillero Jorge Isiegas protagonizó un destacado debut en Madrid al cortar una oreja de un exigente sobrero de Couto de Fornilhos, en una tarde en la que el otro debutante, Pablo Atienza, que también dejó momentos interesantes, dio una vuelta al ruedo sin trofeo.

Cinco novillos de Guadajira, bien presentados, justos de fuerzas y de juego dispar. Destacó el segundo; también fue bueno por el izquierdo el primero; el tercero tuvo poquito fondo; descastado y muy deslucido el cuarto; y sosito el manejable sexto. El quinto fue un sobrero de Couto de Fornilhos, al ser devuelto el segundo y correrse turno, exigente.

Pablo Atienza, de azul noche y oro: estocada baja (vuelta al ruedo tras aviso); y dos pinchazos y estocada desprendida (silencio).

Jorge Isiegas, de blanco y plata: casi entera perpendicular y atravesada, que escupe, y tres descabellos (ovación tras aviso); y estocada (oreja).

Juan Silva "Juanito", de turquesa y oro: estocada trasera y dos descabellos (silencio tras aviso); y estocada desprendida (ovación).

En cuadrillas, Francisco Javier Sánchez destacó picando al quinto.

La plaza registró más de un cuarto de entrada (7.131 espectadores, según la empresa) en tarde-noche agradable.

Para empezar una buena noticia: ¡Por fin respondió el público! Después de la desolación en los festejos anteriores, hoy hubo más gente que nunca.

Más de un cuarto de entrada en los tendidos. El turismo hizo su parte, como siempre por estas fechas, pero, así y todo, tiene mérito meter en la plaza a más de 7.000 personas, a las 9 de la noche, y con una novillada que, sobre el papel, carecía de atractivos para este destacado éxito en la taquilla.

La política de precios populares parece que empieza a funcionar. También la climatología, menos calurosa que otras veces, ayudó lo suyo. Y todo para ver una función, que, por donde, no defraudó.

Primero porque hubo algún novillo, que, pese a la escasez de fuerzas que mostraron en conjunto, se prestó al lucimiento de una terna en la que destacaron, precisamente, los dos debutantes: Pablo Atienza y, sobre todo, Jorge Isiegas, que cortó una oreja del quinto merced a una faena de firmeza, seguridad, solvencia y buena maña.

El novillo, sobrero de Couto de Fornilhos, no se lo puso nada fácil al zaragozano por lo exigente que fue. Un animal codicioso e informal a partes iguales. Ahí estuvo el mérito de Isiegas, que, lejos de amedrentarse, se mostró muy resuelto y capaz para imponerse a la situación y acabar cautivando a unos tendidos, que, tras una certera y buena estocada, le premiaron con un merecido trofeo.

Le pudo haber venido hasta bien el "trago"que pasó hace unos días en Valencia para resolver tan dignamente su debut en la primera plaza del mundo, pues con el primero de su lote, un gran novillo, con un tranco y un son extraordinarios, también dejó claro que no venía a Madrid pasar la tarde.

No hubo tampoco dudas durante toda la lidia, y, aunque aquí le faltó algo de pulso para no dejarse tropezar tanto los muletazos, la disposición fue total, con momentos también de cierta enjundia, como varios naturales inmaculados y unos pintureros remates por bajo en el epílogo. Se atascó en la suerte suprema y fue ovacionado.

Atienza debutó en Madrid con un novillo que, aunque un punto blando, se dejó mucho por el izquierdo, por donde el segoviano extrajo varios naturales de buena firma dentro de una labor de largometraje, argumentada en la actitud, lo que se dice estar "en novillero", lo que le valió para dar una vuelta al ruedo.

El cuarto tuvo las mismas pocas fuerzas pero mucha menos clase. Un novillo desagradable, sin descolgar y, algo aún peor, pegando tornillazos a diestro y siniestro para acabar también rajado ya en las postrimerías de una faena voluntariosa sin más de Atienza.

Volvía el portugués Juanito a Madrid después de su destacado paso a principios de mayo, aunque hoy, por unas cosas o por otras, pudo repetir ni dejar el mismo sabor de entonces. No pudo pasar ya de dispuesto con su flojísimo primero, que, pese a tener calidad, le costó un mundo tirar hacia adelante.

A por todas salió Juanito en el sexto, al que recibió a portagayola para seguir de hinojos en las verónicas posteriores. Hubo también quite por chicuelinas. Pero en la muleta no pudo ser, ora porque el novillo, que fue manejable, apenas transmitió, ora también porque el luso no tuvo su noche.