En lo más profundo de la Amazonía ecuatoriana, un equipo internacional de científicos ha dado con la anaconda más grande jamás registrada, perteneciente a una especie completamente nueva bautizada como "Eunectes akayima".

Aunque visualmente casi idéntica a la anaconda verde tradicional, genética y morfológicamente se diferencia en un 5,5 %, cifra sorprendente considerando que los humanos y los chimpancés solo difieren un 2 %.

El ejemplar más grande capturado alcanzó 6,3 metros de longitud y un peso cercano a los 200 kilos. Con estas dimensiones, esta especie se coloca como la más pesada y robusta del planeta, incluso por encima de la pitón reticulada en términos de masa corporal.

La expedición que lo confirmó

La confirmación de esta nueva especie tuvo lugar en la región de Bameno, en pleno territorio indígena Waorani, durante una expedición científica de diez días liderada por el profesor Bryan Fry, de la Universidad de Queensland.

Fue posible gracias a la colaboración de guías indígenas y al acompañamiento del actor Will Smith durante la grabación de un documental para National Geographic.

La serpiente fue registrada en aguas poco profundas de ríos amazónicos mientras acechaba presas junto a la orilla.

Las condiciones para la expedición incluyeron selva densa, ríos pantanosos y temperaturas elevadas.

Amenazas y llamados urgentes a la conservación

A pesar de su impresionante envergadura, esta especie se encuentra gravemente amenazada por la deforestación, la explotación petrolera y la contaminación por derrames en la región.

Los investigadores alertan de que estas serpientes acumulan sustancias tóxicas que podrían afectar su capacidad reproductiva y supervivencia futura. Las comunidades Waorani, que han colaborado estrechamente en la expedición, advierten sobre los riesgos para su hábitat sagrado y su biodiversidad.

Un récord mundial

El nombre científico "akayima" proviene del vocablo caribe "‎akayi", que significa "serpiente grande" en las lenguas de los pueblos indígenas de la región.

Este hallazgo no solo suma a la ciencia una especie nueva, sino que también visibiliza los saberes tradicionales que habían descrito durante generaciones la presencia de estas gigantes antes de su reconocimiento formal.

El hallazgo de Eunectes akayima redimensiona nuestro conocimiento sobre las anacondas y abre nuevas preguntas sobre la biodiversidad amazónica.

Se trata de una serpiente más robusta y pesada que cualquier otro espécimen conocido, con una divergencia genética significativa que confirma su estatus de especie distinta.