28-M
La guerra de las terrazas de Barcelona resurge en precampaña
►Los restauradores exigen revertir las grandes medidas aprobadas por Colau después de las municipales
La guerra de las terrazas de Barcelona va camino de convertirse en uno de los caballos de batalla de cara a las próximas elecciones municipales del 28 de mayo. A las puertas de la campaña oficial, los restauradores ya han lanzado un grito de alerta y exigen a los candidatos revertir la mayoría de las medidas aprobadas por Ada Colau a lo largo de este último mandato. El límite horario o la readaptación de los espacios tras la pandemia son dos de las asignaturas pendientes.
Así, el Gremio de Restauración de la capital catalana pidió ayer «revertir» el incremento de la tasa de terrazas aprobado a finales de 2019 (de un 400% de media y en puntos concretos hasta del 1.000%, según sus datos) critica que este gravamen en Barcelona es cinco veces superior al de Madrid.
«El abuso fiscal no es admisible y únicamente se entiende en el marco de la persecución que ha sufrido el sector de la restauración», aseguraron en declaraciones a Europa Press.
En un mandato municipal marcado por el impacto de la pandemia, los restauradores admitieron que este escenario ha facilitado llegar a determinados acuerdos como la ampliación extraordinaria de las terrazas, pero lamentaron otras decisiones perjudiciales para bares y restaurantes.
Cabe recordar en este sentido que el Ayuntamiento de Barcelona dio por encarada la batalla de las terrazas nacidas en pandemia en febrero de este año. De las 2.595 solicitudes presentadas, el gobierno municipal rechazó un 55,8% (1.439) y aprobó la continuidad del 44,2% (1.138), después de un largo proceso de negociaciones con el sector. De este millar de solicitudes, 485 son nuevas, mientras que 653 son ampliaciones de las existentes.
«En muchos casos las solicitudes se han denegado de forma arbitraria o por una aplicación incorrecta de la normativa», cuando el Ayuntamiento había prometido lo contrario, según el Gremio.
Otra reclamación de bares y restaurantes en la capital catalana es acabar con las reducciones horarias y fijar uno único horario para toda la ciudad, que «ya es de los más restrictivos de Cataluña y del resto de España». «Vincular este debate a la convivencia vecinal es falaz», criticaron desde el sector sobre las limitaciones impuestas por el Consistorio. A su juicio, las causas que afectan al descanso de los vecinos no tienen que ver con la restauración y son los botellones, el incivismo y el desorden público.
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