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“Corpus Christi”: mentir en el nombre del Padre

El director polaco estrena por fin en España “Corpus Christi”, que se quedó a las puertas del Oscar a Mejor Película Extranjera en la edición de “Parásitos” y “Dolor y gloria”
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La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

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Según las estadísticas del Gobierno de Polonia, aproximadamente el 85% de la población del país se declara católica, pero la cifra en cuanto a los practicantes apenas baja cinco puntos porcentuales. Por ponerlo en perspectiva, esto es más que Italia y más que España, convirtiéndolo así en el país más católico de Europa.
Atendiendo ahora al World Prison Brief, que detalla el porcentaje y estado de la población reclusa en cada país, Polonia es también el país de la Unión Europea con más presos por cada 100.000 habitantes y el segundo que más porcentaje de ocupación presenta en sus cárceles, si contamos todavía a Reino Unido.
Ambos datos, a priori sin relación entre sí, son la sal y la pimienta del opulento plato que es «Corpus Christi». La película de Jan Komasa (Poznan, 1981) se estrena por fin en salas españolas tras un exitoso periplo de año y medio que la llevó a estar nominada a la Mejor Película Extranjera en los Oscars, junto a la ganadora «Parásitos» y «Dolor y gloria». No en vano, su director ya ha contado entremedias con el beneplácito de Hollywood para estrenar su «The hater», ganadora en el Festival de Tribecca, y firmar otro proyecto todavía sin desarrollar.
Frenado relativamente por la pandemia, su ascenso meteórico no se le «sube a la cabeza», pero sí le hace reflexionar: «Ha sido como vivir una experiencia teórica. Sí, es impresionante que un referente como Danny Boyle reconozca tu trabajo, pero no es lo mismo si lo hace con una videollamada. No gané en Los Angeles, pero me enseñó mucho más poder estar hablando varias horas con Almodóvar, por ejemplo».
La farsa de la redención
Komasa, que responde desde lo didáctico del artesano y por videoconferencia, explica la tesis central del filme: «más allá de la idiosincrasia y de cocinarlo a fuego lento, lo que más nos importaba era narrar el círculo de violencia por el que pasa el protagonista. Sobre cómo alguien marcado por los abusos encuentra la paz de manera fraudulenta y la pierde de manera fulgurante».
Aunque el responsable defienda que su cinta «no estaba diseñada para ser un éxito» los números son incontestables: «pese a que el tema podía ser polémico y tuvimos ciertas limitaciones para grabar en algunas iglesias, la película fue vista en mi país por 1,6 millones de personas, de las cuales tan solo 300.000 vinieron después de ser nominada por la Academia estadounidense», explica Komasa.
En «Corpus Christi» seguimos la historia de Daniel que, recién salido del centro de menores en el que había pasado varios años, decide evitar el destino que le habían marcado como trabajador del aserradero de un pequeño pueblo perdido en la montaña y suplantar al vicario que estaba esperando ansiosa la congregación. A todo esto, el pueblo tiene que lidiar con la culpa y el propio trauma de una generación entera de jóvenes perdida en un accidente de tráfico.
Interpretado magistralmente por Bartosz Bielenia, el boceto del protagonista está basado en una historia real: «aparentemente se trata de algo común en el sur de Polonia y desde el estreno han saltado varios casos de curas falsos, pero este fue muchísimo más sonado», detalla el director, que no elude las preguntas sobre la política en su país: «siempre quisimos arrojar un poco de luz sobre esta región de Europa, sobre esa concepción de que los polacos son gente rara y problemática. Cuando vienes aquí y observas la realidad de las cosas, claro que hay discrepancias y tenemos nuestras contradicciones, pero estamos muy lejos de ese clima tumultuoso que se percibe a veces en el resto del continente».