Raúl Canosa, o la imaginación en un solo de piano

La distinción en la música es excelencia. La vorágine de propuestas que encontramos a diario puede llegar a abrumar, y por ello asomar la cabeza más de la cuenta es clave, incluso admirable. Y el pianista Raúl Canosa trabaja bastante y de manera constante para ello. Tiene 26 años, se graduó en la Colburn School de Los Ángeles y debutó a los 23 en la Musikverein de Viena. Ha actuado como solista en orquestas de Argentina y España, y es su vena inquieta y creativa la que le pide de forma constante buscar esa ansiada distinción. La encuentra en sus repertorios, en sus interpretaciones, en la suavidad de sus manos, en la predisposición hacia sus actuaciones, que dan cabida a compositores de todas las tallas. Pero también la busca a través de sus proyectos, en los que nada es casualidad. El artista presenta hoy en Madrid, en una actuación en «petit comité» y con invitados seleccionados, su primer disco: «Serenatas y danzas españolas». Un álbum que presenta como uno que solo busca ofrecer soluciones a los dilemas actuales: «Ya no se escuchan CDs, no hay reproductores en las casas ni en los coches, y además hay una sobre oferta en la música», plantea Canosa a este diario, «pero mi proyecto busca defender lo físico. Las plataformas de ‘‘streaming’’ tienen una gran difusión, pero creo que los humanos somos seres físicos, y el tener una opción palpable le da más importancia a un proyecto». Por ello, le ha echado imaginación y, además de presentar el disco en CD y en Spotify, donde los temas irán lanzándose poco a poco, como si entregas de una serie se tratase, «Serenatas y danzas españolas» también se lanza en versión USB. Por tanto, quien no escuche a Canosa no será porque no tiene posibilidades: «Es un formato con forma de tarjeta de crédito, que yo siempre llevo en la cartera, y que se puede reproducir donde haya un puerto USB, que es en cualquier ordenador o incluso en los coches modernos. Eso hace mi proyecto mucho más versátil», defiende.

En cuanto al repertorio, más que imaginación ha experimentado el estudio, la profundización de una obra que no está lo suficientemente valorada: la de compositores españoles. En el álbum se incluyen obras de creadores españoles «de primera línea», matiza el pianista, «como Granados, Mompou, Albéniz o Turina. Pero también de compositores que se tocan menos, como Rodrigo. Incluyo a autores contemporáneos que conozco personalmente, que son Miguel González-Vallés y Carlos Danés, y también una composición mía». Para el disco, Canosa ha creado «Jota robada», «porque yo soy más intérprete que compositor, entonces he ‘‘robado’’ melodías típicas de la jota y he hecho una especie de collage».

Así, el álbum contiene cinco serenatas, mostrando cómo no se trata «de un género lírico únicamente para cantar a la ventana de la amada, sino que también tiene un componente rítmico y melódico». Así como incluye parejas de danzas, «es decir, dos fandangos, dos seguidillas, dos zapateados o dos jotas», explica, «y las emparejo de una forma original, para ver paralelismos y similitudes, pero también divergencias dentro de un mismo ritmo folclórico». De nuevo: contraste, riesgo, instinto, esfuerzo y, por tanto, distinción.