Grupo F
Euro 2020 | Francia, una muralla para Alemania (1-0)
Hummels remata en propia puerta un centro de Lucas Hernández en la primera parte. Mbappé, con las contras, hizo mucho daño a los de Low
Se puede vivir de una sola jugada, aunque se repita y el rival sepa con seguridad que las vas a hacer. Se puede vivir porque aunque el mundo entero sepa que las vas a hacer, te sigue saliendo. Pasa en el Barcelona con Jordi Alba y Messi, que hacen esa pared a la distancia y que se echan de menos ahora desde la selecciones, como quien acaba de perder una extremidad y aún la siente. Y pasa con la Francia de Deschamps, que cuando se refugia, y lo hace a menudo, tiene una salida del balón para hacer daño de verdad: dársela a Mbappé. Y allí va el joven delantero francés, la gran estrella del mercado de fichajes, que está listo para despegar como un cohete y tirar de su equipo. En la segunda parte del Francia-Alemania sucedió cada vez que los de Deschamps se iban al ataque. No había otro plan. En una de ellas marcó un golazo Mbappé: después de varios amagues, le pegó suave al palo contrario. No valió porque la jugada había nacido en un fuera de juego anterior. Tuvo otra en la que demostró que, como diría Guardiola en sus días de más rabia por una derrota, es un atleta. Superó a Hummels cuando parecía imposible y sólo al final, éste pudo quitarle la pelota. Fue la juventud contra la vejez, una metáfora perfecta. Y una más hizo el francés, que se la dio a Benzema, pero que acabó anulada por otro fuera de juego. Alemania dominaba y, sin embargo, temblaba más que su rival. Francia vivió en ataque de Mbappé, descolgado arriba con Benzema no muy lejos para buscarle, mientras que, por ejemplo, Griezmann se convertía en un centrocampista más para ayudar a su equipo a tapar agujeros y acabar el partido con victoria gracias a un gol en la primera parte.
Francia mostró sus credenciales para presentarse como una de las favoritas para llevarse el campeonato como ya sucedió hace tras años en el Mundial de Rusia. Sus credenciales son que es una roca y para poder hacerla daño hay que pelearse como Sísifo cuando subía la roca por la cuesta y justo al final se le caía. Una y otra vez lo intentaron los alemanes, sin éxito y con desesperación. Pasaban los minutos, Deschamps no cambiaba nada porque puede presumir del físico de su equipo, mientras Low variaba todos su ataque, pero no cambiaba el resultado ante la portería de Lloris: nada.
Cuando Alemania jugó con más nervio, ya comenzada la segunda mitad, sí que hizo que Francia temiese por el resultado. Fue cuando más llegó por los lados. En uno de ellos estaba Kimmich, que sólo hay que ver como le da de rosca a la pelota para desvelar el pedazo de futbolista que es. Quizá demasiado bueno para estar encerrado en esa zona lateral del campo.
Por las bandas tuvo más llegada, porque por el centro, para superar a los franceses se necesitaban bombas. Es imposible hacer un remate limpio sin que aparece una pierna, una cabeza o alguien de azul que molesta, empuja, impide: bien sean los centrales, Varane o Kimpembe o bien esos centrocampistas que quizá jueguen con la ventaja de tener tres pulmones. Kanté no ha dejado de correr desde que en la semifinal de la Champions eliminó al Madrid. Así que si quieres rematar a puerta contra Francia necesitas un trabajo que te va a llevar más tiempo que los noventa minutos que dura, habitualmente, un encuentro.
Alemania se sabía inferior, pero no dejó de intentarlo hasta el último minuto. Pero la intensidad con la que había empezado la segunda parte se fue gastando porque era difícil mantener ese ritmo.
Francia se fue demasiado atrás tras el descanso, quizá obligada por el empuje de los alemanes o quizá porque Deschamps decidió limpiar el campo para las contras de Mbappé. No quiso el balón para nada el campeón del mundo desde que en la primera parte Hummels remató como un gran delantro centro el pase de Lucas Hernández. No llegó mucho más el lateral izquierdo ni falta que hizo: si con una oportunidad se marca un gol, el resto del encuentro puedes dedicarte a defender.
Sin complejos, Deschamps ha construido un equipo que es un armazón y que tiene armas de destrucción masiva delante. No es el mejor espectáculo que te puedes llevar a la cara, pero los datos demuestran que es el que mejor resultado le está dando. Está de moda el fútbol físico y sin duda, la selección campeona del mundo es la abanderada. En el grupo de la muerte, Francia empieza justó como quería: una victoria frente a Alemania y dejando la sensación al rest de que jugar contra ella va a suponer el mismo sufrimiento qu hace tres año pero con una diferencia. Mbappé está más hecho y va a por todas.
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