Elecciones País Vasco
Encuesta NC Report: Urkullu habría logrado la reelección por la mínima
El PNV habría vuelto ayer a ganar las autonómicas, a pesar de perder 28.000 votos. Bildu y el PSE-EE remontan resultado por la acusada caída de Podemos
El virus de Wuhan se ha comportado como un tsunami que todo lo arrastra a su paso en muchos aspectos y el político no es una excepción: apenas se acuerda nadie ya de que ayer 5 de abril se deberían haber celebrado elecciones en el País Vasco, unos comicios que, junto a los gallegos también previstos para la misma fecha, se presumían cruciales para el curso político. Pues bien, ahora el curso político trascurre por derroteros muy distintos pero, aun así, sigue siendo pertinente preguntarse: ¿Qué habría pasado si se hubieran celebrado las autonómicas vascas?
Según el sondeo encargado por LA RAZÓN a NC Report el actual lehendakari, Íñigo Urkullu revalidaría por la mínima su cargo utilizando una vez más el apoyo del Partido Socialista de Euskadi. Las cosas hubieran podido irle incluso mejor de lo que le fueron en noviembre de 2016, cuando fue reelegido por primera vez.
En aquella ocasión Urkullu ganó la votación en el Parlamento Vasco por mayoría simple con los 28 votos de su partido, el PNV, y los 9 del PSE-EE, después de que ambos partidos pactaran un Gobierno en coalición. La Cámara de Vitoria debió votar en dos ocasiones en aquella ocasión ya que ninguna de las candidaturas presentadas (la de Urkullu y la de Maddalen Uriarte, de Bildu), logra la mayoría absoluta que es de 38 escaños.
Según la encuesta, sin embargo PNV y PSOE podrían sumar los codiciados 38 escaños ya que el PNV mantendría sus 28 (o a lo más perdería uno y se quedaría con 27) y el PSE-EE tendría 10/11, es decir, aun en el supuesto caso que ambos partidos lograrán el número más bajo de sus respectivas horquillas la suma de 37 estaría garantizada y, por lo tanto, una victoria en segunda votación como ocurrió en 2016 ya que es impensable que PP (o incluso Vox) vote a favor de la candidatura de Bildu.
El PNV hubiera ganado, por tanto, las elecciones autonómicas con un 36,2% de los sufragios lo que significaría una caída de 1,2 puntos sobre sus resultados en 2016, es decir, 28.000 votos menos. Como ya se apuntó, los nacionalistas vascos repetirían los 28 escaños o perderían uno quedándose en 27. Las razones de la revalidación de cargo de Urkullu pueden deducirse de la parte del estudio en la que se observa el comportamiento de los votantes del PNV en unas hipotéticas elecciones. En efecto la formación liderada por el actual lehendakari es la que mejor fideliza a sus votantes que seguirán eligiendo sus siglas en un 85,7%.
Solo un reducido 2% se fuga a Bildu y otro al PSOE y algo más, un 8%, a la abstención. Por otra parte, el PNV sigue reinando en solitario en dos sectores de la población claves, los mayores de 65 y los que se sitúan entre los 45 y 64. En el primero de estos tramos los de Urkullu hubieran logrado un 23,2% a más de 19 puntos de Bildu y en el segundo, las más mayores, el PNV saca un 29,3% a casi 20 puntos de los herederos políticos de la banda terrorista ETA.
La encuesta concede a continuación 18/19 escaños a Bildu que repetiría resultado (en 2016 logró 18 diputados) y que experimenta un repunte casi 20.000 votos y un 2,8% del total de sufragios. La formación de extrema izquierda también fideliza con eficacia a sus votantes: un 85,3% de sus electores seguirán confiando en el ex etarra Arnaldo Otegi.
Podemos ha sido, desde luego, el partido más beneficiado de que se hayan pospuesto las elecciones aunque parece que la formación morada está abocada a sufrir un fuerte descalabro cuando se celebren finalmente. De ser la tercera fuerza política pasa a ser la quinta siendo adelantada por el PSE-EE y por el PP. Perdería entre 3 y 4 escaños, casi 60.000 votos y un 5,2% del total de sufragios válidos.
Solo un 56,1% de sus electores seguirá votando al partido que lidera a nivel nacional Pablo Iglesias perdiendo –lo que es muy significativo– un 14,6% que votará esta vez a los proetarras de Bildu. Otro 15,3% recalaría en la abstención además de 10,2% que confiaría esta vez en el PSE-EE.
El principal beneficiado de esta suerte de colapso de Unidas Podemos en vascongadas es, naturalmente el Partido Socialista que ve de este modo recompensada su decisión de aupar a la jefatura del Ejecutivo vasco a Urkullu. DE 9 escaños pasaría a 10/11 y sería más clave aun para formar Gobierno de lo que fue en noviembre de 2016. La subida se cifra en 1,3% de los votos (casi 8.000 votos) y una de sus principales vías de crecimiento es, como se apuntó anteriormente, la fuga de votos de Unidas Podemos.
Por otra parte, la coalición PP-Cs no despega, al menos en las encuestas. Los Populares en solitario lograron 9 escaños y el sondeo de NC Report les daría 9/10. Solo el descalabro de Podemos les hace maquillar el resultado subiendo un puesto y situándose como cuarta fuerza política pero, de hecho, se registra la perdida de algo más de 6.000 votos. Por su parte Vox pasaría de apenas 800 votos a tener más de 22.000 y soñar con la posibilidad de colocar un diputado en la Cámara de Vitoria. Finamente la participación experimentaría un fuerte bajón de casi tres puntos porcentuales.
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