Alemania

El Bundestag más grande y diverso abre una nueva era con Merkel en la tribuna

La socialdemócrata Bärbel Bas presidirá el nuevo Parlamento, que pasa de 709 a 736 diputados por el complejo sistema electoral alemán

La hasta hoy canciller Angela Merkel en la bancada de las visitas del Bundestag
La hasta hoy canciller Angela Merkel en la bancada de las visitas del BundestagCLEMENS BILANEFE

Justo un mes después de las elecciones, el nuevo Parlamento alemán abrió este martes su sesión constitutiva con Angela Merkel sentada en la tribuna oficial, en vez de en la bancada del gobierno, tras 30 años como diputada y casi 16 como canciller.

Una nueva era arranca en Alemania pero, ¿vendrá precedida de un nuevo estilo en el Bundestag? “Al menos no, por ahora” o así lo intuye el informativo “Tagesschau” de la televisión pública alemana que recriminó la reincidencia de los viejos patrones de comportamiento, a pesar de que el hemiciclo en su vigésima legislatura cuenta con casi 300 nuevos diputados. Motivo de más para que la recién nombrada presidenta de la cámara, la socialdemócrata Bärbel Bas, dijera que “no estamos aquí para luchar entre nosotros” aunque, sin tan siquiera haber terminado la frase, ya se habían dado los primeros golpes bajos del nuevo período legislativo.

Como era de esperar, el partido populista Alternativa para Alemania -que quedó relegado a la penúltima posición entre los grupos parlamentarios-, aprovechó la primera sesión para hacerse oír, hacer llamados de atención e incluso lanzar alguna comparación con 1933 que, en la senda de lo irrisorio, compartieron protagonismo con la lucha por la disposición de los asientos entre la Unión conservadora y el FDP.

Los liberales estuvieron sentados desde 1949 a la derecha de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y su partido hermano, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU). Una tradición que cambió con la llegada de la AfD al hemiciclo. Fue entonces cuando los liberales prefirieron sentarse en el medio, a la izquierda de la Unión. Ahora la cosa podría volver a cambiar, lo que para algunos supone un toque de arrogancia y hacer uso, una vez más, de la política del viejo poder.

Pero hay más. Algunos analistas advirtieron que tampoco se debe esperar milagros de un Bundestag más joven y colorido y de ahí que ese “punto de inflexión” que proclamó Bas solo quede en el puñado de las buenas intenciones. Por de pronto, continúan las negociaciones entre el socialdemócrata Olaf Scholz con Los Verdes y liberales. La discusión continúa y de ahí que hoy se viera al más que futurible canciller hablando con sus futuros socios o potenciales ministros.

El siguiente protagonista era el ya ex-presidente del Bundestag, el conservador Wolfgang Schäuble, al que correspondió abrir la sesión por ser el diputado más veterano de la cámara, donde ingresó en 1972. La despedida de Schäuble como presidente del Bundestag supone otro fin de era, tras haber estado durante décadas en puestos de máxima relevancia y haber marcado el discurrir político del país. Sus compatriotas le identifican con el espíritu de la superación desde que en 1990 quedó en silla de ruedas, a raíz de un atentado. Era por entonces ministro del Interior de Kohl y había sido el arquitecto del Tratado de Unidad que entró en vigor ese año. Su carrera política dio otro vuelco en 1999, al quedar salpicado por el escándalo de la financiación irregular. Volvió a la vanguardia política como ministro del Interior y luego de Finanzas de Merkel, para convertirse en puntal del dogma de la austeridad.

Parlamento alemán
Parlamento alemánAntonio Cruz

La decisión de mantener su escaño topa con la posición de otros conservadores que se han retirado para favorecer la renovación. Pero Schäuble parece decidido a perpetuarse más allá de la “era Merkel”. En su discurso, Schäuble apeló a reformar la ley electoral, que hace que el Bundestag “crezca” legislatura tras legislatura por los llamados escaños adicionales. El nuevo Parlamento ha pasado de los 709 diputados de la anterior legislatura a 736 en ésta, un récord histórico, que convierte la cámara en inmanejable y cara.

El nuevo Bundestag es algo más joven -la media de edad baja a los 47,5 años- y el porcentaje de diputadas se sitúa en el 35%, frente al 31% de la pasada legislatura, pero un punto y medio menos que en la de 2013. Entre los nuevos rostros del parlamento federal, acaparó la atención mediática la ecologista Awet Tesfaiesus, primera diputada negra de la cámara, así como su correligionaria Emilia Fetser, la más joven, con tan solo 23 años.

Con Bas en la presidencia y cuatro de las cinco vicepresidencias ocupadas por mujeres -la socialdemócrata Aydan Özoguz, la conservadora Yvonne Magwas, la verde Claudia Roth y la izquierdista Petra Pau- se garantiza una presencia femenina más que notable. Un único hombre, el liberal Wolfgang Kubicki, completa el gremio. Bas es la tercera mujer que preside un Bundestag, tras la asimismo socialdemócrata Annemarie Renger, entre 1972 y 1976, y la conservadora Rita Süssmuth, entre 1988 y 1998.

La AfD, primera fuerza de la oposición en la última legislatura, quedó ahora relegada a la penúltima posición entre los grupos parlamentarios, sin el discurso inaugural y, además, sin vicepresidencia. Ya en la anterior legislatura, la AfD vio fracasar todos sus intentos por lograr que uno de los suyos fuera elegido para uno de los puestos. En esa situación seguirán, ya que tampoco prosperó ahora su aspiración a una de las vicepresidencias. “El Bundestag no es lugar para la destructiva propaganda de la AfD”, justificó el diputado de la CDU Steffan Müller, en una intervención ante el plenario.