Policía

Miedo a las represalias de los manteros en Lavapiés: «¡Aquí va a morir un policía!»

Varios agentes denuncian acoso y amenazas por parte de subsaharianos. Les han seguido hasta su casa en metro.

El sindicato de manteros volvió a pedir ayer en rueda de prensa una investigación a fondo sobre las causas de la muerte de Mmame Mbaye
El sindicato de manteros volvió a pedir ayer en rueda de prensa una investigación a fondo sobre las causas de la muerte de Mmame Mbayelarazon

Varios agentes denuncian acoso y amenazas por parte de subsaharianos. Les han seguido hasta su casa en metro.

La muerte del mantero Mmame Mbaye, el joven senegalés de 35 años fallecido el pasado jueves tras sufrir un ataque epiléptico y cuya muerte degeneró horas después en fuertes disturbios entre subsaharianos y grupos antisistema contra la Policía, ha dejado un poso en Lavapiés complicado de gestionar. Parece que muchos subsaharianos han declarado la «guerra» a los agentes que patrullan la zona, que no sólo soportan insultos a diario por parte de estos ciudadanos, sino que les han llegado a amenazar al salir del trabajo, cuando ya se han quitado el uniforme y se disponen a marcharse a casa. Hay muchos de estos individuos que ya conocen a algunos de los agentes a los que el Ayuntamiento de Manuela Carmena obliga a hacer cumplir esta ordenanza que prohíbe la venta en vía publica de productos falsificados. En ocasiones se conocen de vista mutuamente y estos días, aunque muchos han mantenido el respeto mutuo que suele existir, algunos han aprovechado para arremeter contra los agentes. Es lo que le ha ocurrido esta semana a un agente de la Unidad Integral de Distrito Centro-Sur, situada en la calle Montera y que tiene asignadas las zonas de Sol y Lavapiés. El funcionario municipal terminó su jornada laboral y se dispuso a regresar a su domicilio. Para ello tomó el metro y, en la estación de Lavapiés (Línea 3), dos subsaharianos le reconocieron como policía de la zona de la Puerta del Sol y le siguieron, según ha denunciado el propio agente. En un momento determinado le dijeron: «Tú, policía de Sol» en tono amenazante y comenzaron a realizar llamadas telefónicas, por lo que el agente temió que estuvieran llamando a más gente para hacerle una encerrona. Afortunadamente logró zafarse de ellos justo antes de que se cerraran las puertas del vagón donde viajaban y pudo perderles de vista antes de que le siguieran hasta su casa.

En la misma línea, otros dos agentes municipales han denunciado el lunes y ayer amenazas graves por parte de los subsaharianos que trapichean con marihuana en la plaza de Lavapiés. La tarde del lunes tuvieron dos encontronazos con éstos. Ocurrió a eso de las 17:00 horas, cuando pasó un coche patrulla con cuatro policías dentro y un grupo de siete subsaharianos les increpóaron haciendo aspavientos, insultándoles y llamándoles «asesinos». Los agentes lo pasaron por alto pero una hora después tuvieron que regresar y esta vez iban a pie. «¡Asesinos! ¡Vosotros le matasteis!», les gritaron. Trataron de acercarse a hablar con uno de ellos pero no hubo forma de calmar los ánimos. Al contrario. Uno de ellos, según uno de los agentes increpados, gritaba: «¡Lo vais a pagar! ¡Aquí va a morir un policía!». Son jóvenes de unos 25, 30 años y se dedican al tráfico de estupefacientes, no a la venta ambulante. «La mayoría de los manteros son tranquilos y respetuosos», insisten estos policías. Ayer por la tarde un aviso en la misma plaza les obligó a hacer acto de presencia y, de nuevo, los mismos lo interpretaron como un desafío. «¡Fuera de la plaza, asesinos!», volvieron a gritar.

Los policías aseguran que han tenido que duplicar las medidas de seguridad y ahora siempre van cuatro agentes en un patrulla, cuando lo habitual serían dos. También tratan de ir siempre más agentes que individuos «peligrosos» por seguridad.

Desde CSIF, el sindicato mayoritario en la Policía Local a nivel nacional, consideran que estas amenazas son «la consecuencia de la falta de respaldo hacia la Policía Municipal del Gobiernode Carmena». Desde el sindicato consideran «inadmisible» que el Ayuntamiento «sembrara dudas» sobre la profesionalidad de los agentes. «Algunas declaraciones, como las realizadas por Rommy Arce, son inaceptables y por ellas volvemos a pedir su dimisión», insisten desde CSIF.