Canela fina
Felipe VI, 9 años en la Jefatura del Estado
«La moderación, la prudencia, la neutralidad y el respeto a la Constitución han caracterizado a la Jefatura del Estado encarnada por Felipe VI»
La Casa del Rey ha tenido el acierto de la discreción en el aniversario de Felipe VI que hace nueve años accedió al Trono. La gran virtud de la Monarquía parlamentaria en toda Europa es la neutralidad. En plena agitación electoral celebrar con relieve el aniversario podía introducir a la Institución Monárquica en el debate político. La situación española, aunque de normalidad democrática, es especialmente delicada y exige prudencia y serenidad a la Jefatura del Estado.
Asistí en 1977 a la abdicación de Don Juan III en el palacio de la Zarzuela. Landelino Lavilla actuó como notario mayor del Reino y, en representación del Consejo Privado del Rey de derecho que abdicaba, estuvimos José María Pemán y yo. Fue un acto emocionante con aquel discurso inolvidable del que durante cuatro décadas había ostentado, contra la dictadura de Franco, la jefatura de la Casa Real Española.
Me invitaron también al acto en el que Juan Carlos I abdicó. Nos sentaron juntos a los dos consejeros privados de Don Juan que quedábamos vivos, Fernando Álvarez de Miranda y yo. La Infanta, que ese día se convirtió en Princesa de Asturias, tenía conciencia de la trascendencia de aquel acto en el Palacio Real. Sabía que su abuelo, al abdicar, cerraba un reinado que se encuentra entre los cuatro más grandes de la Historia de España, junto a los de Carlos I, Felipe II y Carlos III. Los historiadores han reconocido objetivamente lo que ha significado Juan Carlos I en la Historia de España. Supo trasvasar a la nación desde una dictadura de cuarenta años a una democracia pluralista plena, sin violencias ni derramamientos de sangre. El mundo internacional reconoció el acierto inmenso de aquella Transición. Don Juan Carlos heredó los poderes todos de la dictadura y todos los cedió, cumpliendo con lo que su padre siempre había defendido como objetivo sustancial de la Monarquía: devolver al pueblo español la soberanía nacional secuestrada en 1939 por el Ejército vencedor de la guerra incivil.
Después de nueve años, son muchos los historiadores ecuánimes que subrayan en Felipe VI la moderación, la prudencia, el sentido de la responsabilidad y la voluntad de servir a su pueblo, conforme con lo establecido por una Constitución ejemplar, aprobada por la voluntad general libremente expresada de las ciudadanas y los ciudadanos españoles.
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