Convivencia
Cómo evitar discutir con familiares y amigos durante la cena de Navidad: así lo harían los filósofos
Para alejarnos de roces y conflictos con nuestros seres queridos, podemos recurrir a la templanza de los antiguos
Si bien es cierto que 'el roce hace el cariño', también lo puede ser su inverso: que en un ambiente de aprecio surja la disputa. En esta época navideña en la que las familias se reúnen tras mucho tiempo sin verse, aunque se supone que el espíritu de las festividades es la concordia y el disfrutar todos juntos, no es raro tampoco que se den discusiones y conflictos, más aún cuando de por medio hay agua copita de más.
Otro refrán castellano reza muy sabiamente 'familia y burros viejos, pocos y lejos': es decir, que conviene cuidarse de los asnos de avanzada edad y, especialmente, de los problemas que pueden generar los excesos de cariño. Y es que es precisamente en este entorno de confianza en el que se dan disputan y faltas de respeto durante estas fechas. No es raro que muchas relaciones familiares se agrien o enrarezcan a raíz de alguna bronca derivada de los banquetes de Navidad o Año Nuevo.
Parece que hay un gen en la forma de ser de los españoles por el que acabamos enfrascados en temas de conversación alrededor de cuestiones controvertidas (política, corrupción, religión, asuntos personales, etc.), algo que no suele terminar bien. Asumiendo que en algún momento la charla con los amigos y familiares tocará estos derroteros, lo mejor es prepararse para ello y buscar una convivencia pacífica en al diferencia.
Consejos para afrontar con filosofía las discusiones en las cenas de Navidad
En pro de pasar unas fiestas con la menor cantidad posible de discusiones y enfados con las personas que más queremos, se pude recurrir a valiosas enseñanzas de filósofos y pensadores de la antigüedad. A través de los siglos han llegado hasta nuestros días ciertos consejos que podremos aplicar con nuestros familiares, amigos y otros allegados para buscar la paz y evitar el conflicto, aunque a veces sea complicado.
- El filósofo estoico Epicteto dejó una máxima que ha perdurado incólume en el tiempo: "Tenemos dos orejas y una sola boca para escuchar el doble de lo que hablamos". Es decir, que cuando tengamos que enfrentarnos en una conversación a un punto de vista contrario sobre un tema sensible, lo mejor es aguardar pacientemente y 'morderse la lengua', tratando de entender al otro. Aunque no pensemos igual, al menos se evita así la escalada emocional que suele preceder a una discusión.
- Se le atribuye a Séneca la reflexión de que "La mayor parte de los conflictos proviene no de las cosas en sí, sino de la opinión que tenemos de ellas". Muchas de las discusiones con los familiares surgen no tanto de grandes ofensas como de pequeñas discrepancias no resueltas que interpretamos mal y las sobredimensionamos (precisamente porque la opinión del otro nos importa). Dejar de tomar los comentarios de la otra parte como un ataque personal es clave para mantener la calma y saber leerle de verdad.
- Blaise Pascal, pensador y matemático francés, declaró ya en el siglo XVII que "El corazón tiene razones que la razón no entiende", algo muy útil en estos casos. Para el ser humano, no todo se resuelve con argumentos lógicos. En muchas ocasiones, priorizar el vínculo afectivo sobre la necesidad de tener razón es la mejor forma de evitar conflictos y de afianzar el cariño mutuo. Dejemos de intentar 'quedar por encima como el aceite', poniendo el peso donde realmente importa: el amor.
- La cita de Montaigne "La palabra es mitad de quien la pronuncia y mitad de quien la escucha" es fundamental en este contexto de cenas familiares. Señala que la responsabilidad de una frase acalorada no recae solo en el que habla, sino también en el que la recibe. Debemos contenernos hacia nuestros seres queridos, sabiendo interpretar que la discusión no conduce a nada y, si la otra parte no es lo suficientemente madura para verlo, tomar nosotros la iniciativa de parar algo que puede dañar a ambos.
Nadie quiere echar a perder el espíritu navideño y los banquetes de Nochebuena junto a los familiares por una discusión. Antes de enfrentarse a esta clase de conversaciones que se dan en todas las casas, conviene tener estas enseñanzas sobre la templanza y el amor en cuenta. En un momento de indignación pueden ser lo último que nos apetezca, pero aplicar estas normas contribuirá a una convivencia pacífica y llevadera.