Vaticano
León XIV se estrena con la Inmaculada más española
El Papa rezó ante la imagen mariana para pedir un «oasis de paz y reconciliación»
León XIV se sumó hoy a la tradición papal de rezar ante la imagen de la Inmaculada Concepción que se erige sobre una columnata de mármol de más de veinte metros de altura en la romana plaza Mignanelli y ante la Embajada de España ante la Santa Sede. Poco antes de las cuatro de la tarde, el Pontífice llegaba el papamóvil al lugar, donde le esperaban cientos de personas, además del alcalde de Roma, Roberto Gualteri, y el cardenal vicario, Baldassare Reina. Fue Pío XII quien empezó a enviar flores a la Plaza de España en la Solemnidad de la Inmaculada, tres años después de la definición dogmática de la Concepción Inmaculada de la Virgen María formulada por Pío IX. Juan XXIII fue el primero en acudir al lugar.
Después de bendecir un centro de rosas blancas que fue depositado a los pies de la talla mariana, el Pontífice norteamericano entonó una oración en la que hizo suyas «las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias de nuestros contemporáneos, sobre todo de los pobres y de quienes sufren». Con el año jubilar de la esperanza que concluirá este mes con el cierre de las puertas santas, el Papa imploró a la Virgen que ayude a abrir otras puertas que sean «oasis de paz donde pueda florecer de nuevo la dignidad, enseñar la educación en la no violencia y aprender el arte de la reconciliación». «Inspira sueños, visiones y valentía», pidió en otro momento el Pontífice a la Inmaculada, convencido de que «nada es imposible para Dios». «Ayúdanos a ser siempre Iglesia con y entre el pueblo, levadura en la masa de una humanidad que clama justicia y esperanza», expresó en su alocución Robert Prevost. Al finalizar su rezó se encomendó a la Virgen para que interceda por toda la humanidad en tiempos de cambios profundos que parecen dejar a la gente «desprevenida e impotente». Concluida la plegaria, saludó a un grupo de enfermos, así como a los bomberos que por la mañana habían depositado una corona de flores en la imagen mariana. Además, el Papa pudo intercambiar unas palabras con la embajadora de España ante la Santa Sede, Isabel Celaá.
Antes de acudir a la plaza Mignanelli, el Papa visitó la cercana iglesia de la Santísima Trinidad, donde recibió un homenaje de la Asociación de Comerciantes de Via Condotti.