Cine

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Jodorowsky infinito

Jodorowsky infinito
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La última película a concurso en este 69º Festival de cine de Locarno se vio el día 11º y esto termina el 13º. ¡Desastre de programación! El título de la cinta es «Bangkok Nites», dirigida por Katsuya Tomita y dura la friolera de 183 minutos. Un largo en el que se destaca la magnífica fotografía cuando es de noche. El verdadero problema de este filme es el argumento y lo mucho que hablan de unos negocios y con la acción en Bangkok, por ejemplo, lo hacen de las posibilidades que tiene Laos de emprender. Lo peor es que el negocio principal es la prostitución pero es tan blandito el tratamiento que la película podría ser tolerada a menores. Solemne aburrimiento porque 183 minutos no se los salta nadie.

Acabado el concurso quedan los pases adelantados para la Prensa de la sección Piazza Grande. Por un lado, Vincent, película francobelga de Christophe Van Rompaey, también con respetables 124 minutos de duración –lo que significa alargamiento de secuencias que no aportan nada–. Es una cinta entretenida con un chico, Vincent, con tendencias suicidas y unas divertidas familias con ocupaciones variopintas, escapadas, persecuciones... Un ligero entretenimiento para una noche en esa Piazza que en realidad es una calle ancha.

La más esperada de Piazza Grande, porque además le dan un premio a su director, Alejandro Jodorowsky, fue «Poesía sin fin». 128 minutos que parecen muchos más. La película tiene un comienzo brillante, en realidad brillantísimo, y poco a poco se va oscureciendo con algún leve chispazo pero languidece hasta aburrir. Despliegue de producción y una acción para mayor gloria del propio director hasta el extremo de, en algunas escenas, sale el auténtico Jodorowsky actual, pelo blanco y arrugas, aconsejando al Jodorowsky más joven. El filme termina con el viaje a París del autor y lo peor es que presume de poeta cuando no lo es. En la vida real en la capital francesa se une a Fernando Arrabal y Roland Topor y fundan el «espacio pánico» y Jodorowsky escribe novelas e incluso cómics, pero no poesía. Ni siquiera el barroquismo que utiliza en la película la anima.